'SIGNO. ¿Qué
pasa si interpretamos en exceso, o por defecto, como es el caso,
respectivamente, de los paranoicos y los autistas?'
Queridos compañeros de Semiótica, hoy nos encargamos del
blog las estudiantes de 2ºC María Teresa López Cerdán y Patricia Lambán
Samperiz.
Nuestra entrada será, como encabeza esta entrada sobre qué
pasa con las personas que sufren Autismo o Paranoia, ¿Cómo deberíamos
tratarles? ¿Qué síntomas tienen realmente esas enfermedades? Hemos oído hablar
mucho sobre ellas, pero… ¿Sabemos en qué consisten?
Interpretar los signos en exceso nos puede llevar hasta la
paranoia. Pero ésta no es sólo interpretar signos en exceso, si no, interpretar
la realidad de una forma paralela y creer que se tiene razón, es decir, la
persona paranoica es una persona que interpreta lo que sucede, ve, etc. de una
forma totalmente diferente a la realidad y que cree, además, que tiene razón, y
justifica sus creencias. Las personas que sufren este trastorno delirante se
sienten ofendidas por las personas que se oponen a sus pensamientos, y creen
que se están comportando mal con él/ella.
La palabra paranoia significa, etimológicamente, “estar
fuera de la propia mente”.
Los rasgos característicos de una persona paranoica son: la
desconfianza exagerada, presencia de delirios, hostilidad en el entorno,
resentimiento, baja autoestima, rigidez y autoritarismo, no toleran que le
lleven la contraria, dificultad para la autocrítica, frialdad emocional,
egocentrismo, problemas interpersonales, capítulos depresivos, necesidad de un
contrincante, conductas diferentes dependiendo de con quién se encuentra, la
grafología o la utilización constante de neologismos.
Las personas que padecen este trastorno, son completamente
racionales en su entorno, mientras no se toque el tema con el que deliran. Es
imposible rebatirles con una argumentación lógica, porque están convencidos de
su creencia.
La persona paranoica crea otra realidad en su mente, es
decir, comienza incorrectamente a percibir el entorno de acuerdo a detalles y
signos particulares, creando en su mente una nueva realidad de las cosas.
Es algo lógico que los signos, aunque todos los veamos
iguales, los interpretamos cada uno de forma diferente, sin embargo, cuando los
interpretas de una forma distinta a la realidad y crees que tienes razón en
cómo lo interpretas sin dejar que nadie te lleve la contraria, padeces el
trastorno delirante, las personas que lo padecen se llaman paranoicas.
...
Continuaremos hablando sobre el autismo. La enciclopédica
médica ‘Medline Plus’ lo define como: ‘Un trastorno del desarrollo que aparece en los primeros 3 años de la
vida y afecta el desarrollo cerebral normal de las habilidades sociales y de
comunicación.’
Después de haber leído muchos
artículos acerca del autismo, hemos tratado de sacar una definición propia
sobre él. Hemos entendido que el autismo es una alteración física ligada a una
biología y una química anómalas en el cerebro, cuyas causas exactas son
desconocidas. Sin embargo, se trata de un campo de investigación muy activo. Se
cree que, probablemente, haya una combinación de factores que lleven al
autismo.
Entendemos
que los factores genéticos parecen ser de suma importancia. Un claro ejemplo,
es que es mucho más probable que dos gemelos tengan ambos autismo, en
comparación con los mellizos o los hermanos. Del mismo modo, las irregularidades
del lenguaje son más usuales en familiares de niños autistas, e igualmente las
anomalías cromosómicas y otros problemas del sistema nervioso (neurológicos).
¿Cómo identifican los padres si
su hijo es autista? La mayoría de los padres de niños autistas empiezan a
sospechar que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses y buscan ayuda
hacia los 2 años de edad. Los niños con autismo se caracterizan por presentar
dificultades en:
- Juegos
actuados
- Interacciones
sociales
- Comunicación
verbal y no verbal
¿Qué síntomas presentan las
personas con autismo? El espectro de síntomas que pueden presentar varía mucho,
afecta a la comunicación, a la interacción social, a la información sensorial,
a los juegos y al comportamiento. Entre otros algunos de los síntomas son:
- Efectuar
movimientos corporales repetitivos.
- Mostrar
apegos inusuales a objetos.
- Es
incapaz de iniciar o mantener una conversación social.
- Se
comunica con gestos en vez de palabras.
- Desarrolla
el lenguaje lentamente o no lo desarrolla en absoluto.
- Tiene
dificultad para hacer amigos.
- No
participa en juegos interactivos.
- Es retraído.
- No se
sobresalta ante los ruidos fuertes.
- Presenta
aumento o disminución en los sentidos de la visión, el oído, el tacto, el
olfato o el gusto.
- Los
ruidos normales le pueden parecer dolorosos y se lleva las manos a los
oídos.
- No
imita las acciones de otras personas.
- Prefiere
el juego ritualista o solitario.
- "Se
expresa" con ataques de cólera intensos.
- Se
dedica a un solo tema o tarea (perseverancia).
- Tiene
un período de atención breve.
Hemos encontrado en YouTube un
vídeo que simula cómo se siente un niño autista en pleno centro de la ciudad:
También hemos estado
investigando sobre qué tipo de actividades puede desarrollar una persona con
autismo para tratar su enfermedad, nos ha llamado especialmente la atención la
terapia con caballos.
Por lo que hemos podido leer,
la terapia consiste en que, ya que los niños tienen dificultades para
comunicarse con las personas que le rodean, se trata de que se ‘comuniquen’ con
los caballos. Los niños aprenden a cepillar, a preparar y a montar a un
caballo, ver que pueden controlar a un animal tan grande les hace sentirse
seguros de sí mismo y les ayuda mucho a avanzar con su enfermedad.
Aquí tenemos una noticia sobre
un centro de Badajoz que ha conseguido que su ayuntamiento financie este
tratamiento:
Finalmente nos toca responder a
cómo se debe tratar a un niño autista; pues bien, aquí algunos consejos que
hemos recopilado de los distintos blogs que hablan acerca del tema:
1. Ayúdale a
comprender su entorno. Organízale su mundo y facilítale que pueda anticiparse a lo
que va a suceder.
2. No te desesperes, harás
que él también lo haga. Necesitan que se les
explique las cosas más despacio. Respeta su ritmo. Tienen un modo especial de
entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y se desarrolle
cada vez más.
3. No le hables
demasiado, ni tampoco rápido. Háblales despacio y
frases cortas. De esta manera, será más fácil para ellos entendernos.
4. Necesitan
compartir el placer y les gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo
consigan. Hazle saber, de
algún modo, cuándo ha hecho las cosas bien y ayúdale a hacerlas sin fallos.
5. Necesitan más
orden del que tú necesitas y que el medio sea más predecible de lo normal.
6. No le invadas
excesivamente. Respeta las distancias que necesita, pero sin dejarle solo.
7. No le pidas
siempre las mismas cosas ni le exijas las mismas rutinas. No tienes que hacerte tú autista para ayudarle.
8. Ayúdale con
naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarle, tienes que tener tus momentos en que
reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a él, no te vayas,
pero no te sientas como sometido a un peso insoportable.
Una
vez conocido cómo es una persona autista y cómo la debemos tratar, podemos
comprender un poco mejor qué se siente al interpretar por defecto nuestra
realidad.
Si
no prestamos la suficiente atención a nuestro alrededor, sino somos capaces de
comunicarnos, interpretar los signos que no rodean y no podemos desarrollar nuestras habilidades sociales con
naturalidad, nos encontraremos sumergidos en una situación, cuanto menos,
desagradable. Como la que viven las personas autistas, tratadas como si no fuesen
personas de otro planeta, por el simple hecho de no saber cómo comunicarse.
María Teresa López Cerdán
Patricia Lambán Samperiz
2ºC, PERIODISMO
Me sobra toda la aproximación terepéutica al autismo, porque aquí lo que nos interesa es el aspecto comunicactivo (interpretativo) del problema. Echo de menos ejemplos de como cualquiera de los dos transtornos han sido leit motiv de libros o películas. Se me ocurre el libro El curioso incidente del perro a medianoche: merece la pena que lo incorporeis a vuestro texto, que debeis repetir incorporando los ejemplos y eliminando o reduciendo las partes más médicas
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