viernes, 23 de mayo de 2014


'SIGNO. ¿Qué pasa si interpretamos en exceso, o por defecto, como es el caso, respectivamente, de los paranoicos y los autistas?'

Queridos compañeros de Semiótica, hoy nos encargamos del blog las estudiantes de 2ºC María Teresa López Cerdán y Patricia Lambán Samperiz.
Nuestra entrada será, como encabeza esta entrada sobre qué pasa con las personas que sufren Autismo o Paranoia, ¿Cómo deberíamos tratarles? ¿Qué síntomas tienen realmente esas enfermedades? Hemos oído hablar mucho sobre ellas, pero… ¿Sabemos en qué consisten?



Interpretar los signos en exceso nos puede llevar hasta la paranoia. Pero ésta no es sólo interpretar signos en exceso, si no, interpretar la realidad de una forma paralela y creer que se tiene razón, es decir, la persona paranoica es una persona que interpreta lo que sucede, ve, etc. de una forma totalmente diferente a la realidad y que cree, además, que tiene razón, y justifica sus creencias. Las personas que sufren este trastorno delirante se sienten ofendidas por las personas que se oponen a sus pensamientos, y creen que se están comportando mal con él/ella.

La palabra paranoia significa, etimológicamente, “estar fuera de la propia mente”.


Los rasgos característicos de una persona paranoica son: la desconfianza exagerada, presencia de delirios, hostilidad en el entorno, resentimiento, baja autoestima, rigidez y autoritarismo, no toleran que le lleven la contraria, dificultad para la autocrítica, frialdad emocional, egocentrismo, problemas interpersonales, capítulos depresivos, necesidad de un contrincante, conductas diferentes dependiendo de con quién se encuentra, la grafología o la utilización constante de neologismos.

Las personas que padecen este trastorno, son completamente racionales en su entorno, mientras no se toque el tema con el que deliran. Es imposible rebatirles con una argumentación lógica, porque están convencidos de su creencia.



La persona paranoica crea otra realidad en su mente, es decir, comienza incorrectamente a percibir el entorno de acuerdo a detalles y signos particulares, creando en su mente una nueva realidad de las cosas.

Es algo lógico que los signos, aunque todos los veamos iguales, los interpretamos cada uno de forma diferente, sin embargo, cuando los interpretas de una forma distinta a la realidad y crees que tienes razón en cómo lo interpretas sin dejar que nadie te lleve la contraria, padeces el trastorno delirante, las personas que lo padecen se llaman paranoicas.

...

Continuaremos hablando sobre el autismo. La enciclopédica médica ‘Medline Plus’ lo define como: ‘Un trastorno del desarrollo que aparece en los primeros 3 años de la vida y afecta el desarrollo cerebral normal de las habilidades sociales y de comunicación.
Después de haber leído muchos artículos acerca del autismo, hemos tratado de sacar una definición propia sobre él. Hemos entendido que el autismo es una alteración física ligada a una biología y una química anómalas en el cerebro, cuyas causas exactas son desconocidas. Sin embargo, se trata de un campo de investigación muy activo. Se cree que, probablemente, haya una combinación de factores que lleven al autismo. 


Entendemos que los factores genéticos parecen ser de suma importancia. Un claro ejemplo, es que es mucho más probable que dos gemelos tengan ambos autismo, en comparación con los mellizos o los hermanos. Del mismo modo, las irregularidades del lenguaje son más usuales en familiares de niños autistas, e igualmente las anomalías cromosómicas y otros problemas del sistema nervioso (neurológicos).
¿Cómo identifican los padres si su hijo es autista? La mayoría de los padres de niños autistas empiezan a sospechar que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses y buscan ayuda hacia los 2 años de edad. Los niños con autismo se caracterizan por presentar dificultades en:
  • Juegos actuados
  • Interacciones sociales
  • Comunicación verbal y no verbal
¿Qué síntomas presentan las personas con autismo? El espectro de síntomas que pueden presentar varía mucho, afecta a la comunicación, a la interacción social, a la información sensorial, a los juegos y al comportamiento. Entre otros algunos de los síntomas son:
  • Efectuar movimientos corporales repetitivos.
  • Mostrar apegos inusuales a objetos.
  • Es incapaz de iniciar o mantener una conversación social.
  • Se comunica con gestos en vez de palabras.
  • Desarrolla el lenguaje lentamente o no lo desarrolla en absoluto.
  • Tiene dificultad para hacer amigos.
  • No participa en juegos interactivos.
  • Es retraído.
  • No se sobresalta ante los ruidos fuertes.
  • Presenta aumento o disminución en los sentidos de la visión, el oído, el tacto, el olfato o el gusto.
  • Los ruidos normales le pueden parecer dolorosos y se lleva las manos a los oídos.
  • No imita las acciones de otras personas.
  • Prefiere el juego ritualista o solitario.
  • "Se expresa" con ataques de cólera intensos.
  • Se dedica a un solo tema o tarea (perseverancia).
  • Tiene un período de atención breve.
Hemos encontrado en YouTube un vídeo que simula cómo se siente un niño autista en pleno centro de la ciudad:

También hemos estado investigando sobre qué tipo de actividades puede desarrollar una persona con autismo para tratar su enfermedad, nos ha llamado especialmente la atención la terapia con caballos.

Por lo que hemos podido leer, la terapia consiste en que, ya que los niños tienen dificultades para comunicarse con las personas que le rodean, se trata de que se ‘comuniquen’ con los caballos. Los niños aprenden a cepillar, a preparar y a montar a un caballo, ver que pueden controlar a un animal tan grande les hace sentirse seguros de sí mismo y les ayuda mucho a avanzar con su enfermedad.
Aquí tenemos una noticia sobre un centro de Badajoz que ha conseguido que su ayuntamiento financie este tratamiento:

Finalmente nos toca responder a cómo se debe tratar a un niño autista; pues bien, aquí algunos consejos que hemos recopilado de los distintos blogs que hablan acerca del tema:
1. Ayúdale a comprender su entorno. Organízale su mundo y facilítale que pueda anticiparse a lo que va a suceder.
2. No te desesperes, harás que él también lo haga. Necesitan que se les explique las cosas más despacio. Respeta su ritmo. Tienen un modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y se desarrolle cada vez más.
3. No le hables demasiado, ni tampoco rápido. Háblales despacio y frases cortas. De esta manera, será más fácil para ellos entendernos.
4. Necesitan compartir el placer y les gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consigan. Hazle saber, de algún modo, cuándo ha hecho las cosas bien y ayúdale a hacerlas sin fallos.
5. Necesitan más orden del que tú necesitas y que el medio sea más predecible de lo normal.
6. No le invadas excesivamente. Respeta las distancias que necesita, pero sin dejarle solo.
7. No le pidas siempre las mismas cosas ni le exijas las mismas rutinas. No tienes que hacerte tú autista para ayudarle.
8. Ayúdale con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarle, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a él, no te vayas, pero no te sientas como sometido a un peso insoportable.
Una vez conocido cómo es una persona autista y cómo la debemos tratar, podemos comprender un poco mejor qué se siente al interpretar por defecto nuestra realidad.

Si no prestamos la suficiente atención a nuestro alrededor, sino somos capaces de comunicarnos, interpretar los signos que no rodean y no podemos desarrollar nuestras habilidades sociales con naturalidad, nos encontraremos sumergidos en una situación, cuanto menos, desagradable. Como la que viven las personas autistas, tratadas como si no fuesen personas de otro planeta, por el simple hecho de no saber cómo comunicarse.

María Teresa López Cerdán
Patricia Lambán Samperiz
2ºC, PERIODISMO

1 comentario:

  1. Me sobra toda la aproximación terepéutica al autismo, porque aquí lo que nos interesa es el aspecto comunicactivo (interpretativo) del problema. Echo de menos ejemplos de como cualquiera de los dos transtornos han sido leit motiv de libros o películas. Se me ocurre el libro El curioso incidente del perro a medianoche: merece la pena que lo incorporeis a vuestro texto, que debeis repetir incorporando los ejemplos y eliminando o reduciendo las partes más médicas

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