lunes, 26 de mayo de 2014

Las claves de la comedia

"Tomando Redbulls, con los apuntes y los libros encima de la mesa, con los ojos inyectados en sangre de no dormir, cagándote en el 2º de bachiller, en los putos filósofos, en la generación del 27, en los problemas de estequiometría, en los arcos de medio punto, y en todo el temario, con unas ojeras más hinchadas que el hígado de falete….
Terminas el último examen de la semana final…pareces la Duquesa de Alba sin haberse operado y piensas "BIEN! HE TERMINADO!, Al menos he hecho lo que he podido"

Incluso Batman detesta en ocasiones el trabajo.
Seguramente muchos habréis leído este "manifiesto" que corrió como la pólvora en Internet y en el que se refleja la vida de cualquier estudiante en 2º de Bachillerato. Una buena caricatura del que se supone que es el peor curso por el que pasará un estudiante y, cómo no, la correspondiente identificación con el autor hacen que las carcajadas se escapen y con ello, el click del ratón en el botón de reenviar.

Y es que no sólo tenemos la sana necesidad de reirnos nosotros, sino de que nuestro entorno también lo haga. Por eso mismo, el sentido del humor es una de las cualidades humanas más estudiadas. Entonces, ¿qué puede haber detrás de algo tan espontáneo como una carcajada?

Según un estudio de la Universidad de California, la risa se produce en el área motora suplementaria del cerebro que está muy cerca del área del lenguaje. Lo que hace que haya una estrecha relación entre el humor y los símbolos lingüísticos.

De todo lo que expresamos, sólo el 7% se corresponde al lenguaje verbal, el resto al contexto. La imagen de arriba cobra significado al ser Batman el sujeto de la acción, si fuese otro el chiste perdería su significado.
Los juegos de palabras son una de las bases del humor.
Los chistes se producen por la ruptura de la pragmática (área lingüística que estudia cómo el contexto repercute en la interpretación del significado), es decir, cuándo no se respeta la interpretación lógica de los símbolos (palabras, objetos, etc.).

Un claro ejemplo es el que mostramos a la izquierda: es evidente que el autor se refiere al "Inglés" y "Francés" como lengua, pero se puede interpretar por otro de los significados que tienen esas palabras. El resultado es una situación cómica debido a una malinterpretación intencionada del significado de los símbolos y en el que el receptor es consciente del juego de palabras.
Una de las viñetas más famosas de Mafalda


Dos grandes genios de esta forma de hacer humor son Quino y Forges. Quino, que ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de este año, cobró relevancia como dibujante con Malfalda. Mafalda es una niña inconformista que, desde la perspectiva inocente propia de su edad, hace reflexiones de una caricaturizada realidad. Quino es especialista es dar un giro de 180 grados a las situaciones que plantea, gracias a los juegos de palabras y la incorrecta interpretación de los símbolos.
Otro ejemplo de dibujante (y uno de los comunicadores más queridos en España) es Forges. Dibuja viñetas a diario en "El País", caricaturizando los temas del momento y haciendo una reflexión al respeto. Al igual que Quino, es un gran amante de los juegos de palabras, aunque él va más allá: se apoya muchísimo en el dibujo para terminar de dar significado al mensaje. Al concentrar en una viñeta todo el mensaje, hace que este sea más "potente" y cale más en el lector.

Se busca la malinterpretación forzada para crear humor.
Decir que el humor se basa en la simple malinterpretación del mensaje es llevar a un equívoco. Es fundamental que el receptor sea cómplice, ya que no sólo interpreta la literalidad del mensaje sino a la par su malinterpretación. Estos dos elementos son los ingredientes principales para generar humor.

Podríamos explicar el porqué de muchos chistes pero consideramos que es mejor dar unas nociones básicas para comprender su funcionamiento, como bien sabéis: "los chistes pierden la gracia al ser explicados".

Como colofón final os dejamos con dos monólogos que reflejan a la perfección lo explicado en esta entrada:





Anja Franco Köpke
Yaiza Ramírez Becerra
2ºC Periodismo 
Pregunta: ¿Cómo se logra que una interpretación incorrecta tenga carácter humorítistico?

3 comentarios:

  1. Un post muy interesante, ya que el humor forma parte de la vida de muchas personas, nos hace evadirnos de la realidad y puede tratar muchos temas de los que deseamos evadirnos, ya que muchos de estos temas sólo nos los podemos tomar con humor…

    Me ha gustado mucho la referencia a artistas cómicos. Digo artistas ya que no se limitan simplemente al humor; no solo deben hacer que el texto sea gracioso y tenga chispa, sino que también debe preocuparse por la imagen, y que todo sea una buena composición. Y no suelen tratarse sobre humor fácil, en muchos casos estos artistas llegan a ser verdaderos sociólogos, filósofos, éticos…

    Buen trabajo. Un saludo.

    Sandra Sacristán Campos 2H

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  2. Muy buenas

    Me ha parecido una buena entrada. No es fácil responder a la cuestión que habéis planteado al principio: ¿Qué hay detrás de una carcajada?

    Los receptores somos los encargados de interpretar el mensaje humorístico, somos cómplices como citáis, y debemos saber que se esconde detrás. Pero, lo único que no he acabado de entender muy bien de esta entrada, es lo que decís sobre que el humor es interpretar la literalidad del mensaje, así como a la vez también hay que tener en cuenta su malinterpretación. No sé, en muchos casos las malinterpretaciones de los mensajes nos pueden sacar una sonrisilla, pero hoy en día son numerosos los monologistas, dibujantes, y expertos en hacernos reír los que nos dejan un mensaje directo, y que pretenden que lo ''bien'' interpretemos.

    De igual forma, me ha parecido un tema interesante. Creo que si muchos de nosotros fuésemos más asiduos a los ejemplos que habéis mencionado, seguro que seriamos un poco más felices.

    Un saludo.

    Melanie de la Torre León. 2H

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  3. Quizás merecería la pena ahondar en que el humor aparece por la ruptura de las reglas pragmáyticas, por rimper las convenciones y hacer aparecer algo inesperado y fuera de contexto.

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