En
la actualidad, y debido a la crisis económica, los medios de
comunicación se ven en muchas ocasiones obligados a comercializar la
información de manera que, en vez de ser periodistas, acaban
convirtiéndose en vendedores de publicidad un hecho que ya en 2011
fue alertado por la APM (Asociación de la Prensa de Madrid) según
publicaba EL MUNDO.
Las
suculentas cantidades de dinero que se manejan en las campañas
publicitarias suelen ser muy tentadoras para algunos profesionales de
la información que buscan obtener ingresos extra. Por ello, cada
vez es más frecuente ver rostros conocidos que ponen su cara o su
voz en anuncios, especialmente de televisión donde se aprecia la
tendencia de ciertos directores de las cadenas a supeditar los
contenidos que emiten a la venta de publicidad.
Las
marcas se insertan en la ficción de distintas maneras, pues las
formas de publicitarse varían en función del medio de comunicación
en el que vayan a emitirse los espacios publicitarios.
En
televisión, el patrocinio, es decir, una marca que financia a un
programa o parte de él a cambio de la mención en dicho espacio, es
muy utilizado en programas, concursos y series de televisión y el
product emplacement o emplazamiento de producto, la inserción
de un producto en una producción audiovisual de ficción.
Sin
embargo, en la radio y en la prensa, los anunciantes suelen focalizar
la atención en los espacios informativos. Las cuñas y los
publireportajes, a pesar de tener un objetivo meramente comercial, se
emiten durante el transcurso de la programación conviviendo de esta
forma con la información. Para que el emplazamiento sea legal hay
que avisar a la gente que está viendo el programa con las siglas EP
en el caso de la televisión o un aviso hablado en el de la radio.
El
hecho de que los responsables de la información se dediquen a la
publicidad resulta bastante perjudicial para sus carreras
periodísticas ya que, en cierto modo, los espectadores se sienten
estafados cuando acuden a un medio de comunicación en busca de
conocer lo que está sucediendo y se encuentran campañas
publicitarias que no responden a sus necesidades informativas.
Pero
esto no es todo, a parte de la pérdida de credibilidad y la
presumible disminución de su prestigio, los periodistas que deciden
ser agentes publicitarios están obviando el código deontológico de
la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) el
cual establece que “a fin de no inducir a error o confusión de
los usuarios, el periodista está obligado a realizar una distinción
formal y rigurosa entre la información y la publicidad. Por ello, se
entiende éticamente incompatible el ejercicio simultáneo de las
profesiones periodísticas y publicitarias". La imagen que
tiene el informador en el ámbito de los telediarios, por ejemplo, es
algo que aliena el valor del producto en cuanto a que es anunciado
por una figura que representa la veracidad de la información y los
datos contrastados; la persona más creíble. Esta es una de las
razones principales por las cuales no sería ético mezclar
información con publicidad.
El
patrocinio tanto en programas como en eventos plantea ventajas para
los medios de comunicación como pueden ser el aporte de dinero extra
que reciben de las empresas a cambio de obtener publicidad y en
algunos casos, una mejora de su imagen pública.
Sin
embargo, no todo son beneficios. Los patrocinios corporativos a veces
sitúan a los grandes medios de comunicación en situaciones
complicadas al hacerles perder el control de su propia organización.
Los compromisos pueden ser un acuerdo sobre el lugar en el que irá
el logo del patrocinador o tan extremos como derechos exclusivos que
podrían impedir que el equipo tenga patrocinadores adicionales o que
puedan representar alguna competencia para el patrocinador inicial.
Además,
conseguir un patrocinio también supone un aumento de presión para
tener éxito para el medio de comunicación. Cuando un equipo o una
persona logra un patrocinador de alto perfil, puede que eso aumente
la presión para tener éxito, especialmente si el patrocinio
involucra beneficios significativos. Muchas compañías rápidamente
se convierten en patrocinadores de equipos y atletas que son
conocidos por sus triunfos, pero rápidamente retiran su apoyo si el
equipo o el atleta comienza a tener un rendimiento bajo o se ve
envuelto en una situación que trae mala publicidad. Así como la
parte patrocinada quiere evitar la promoción involuntaria, los
patrocinadores quieren evitar una involuntaria promoción de una mala
conducta pública.
Para evitar estas desventajas, el Reglamento de desarrollo de la Ley General de Comunicación Audiovisual 7/2010 aborda en uno de sus apartados sobre la publicidad la prohibición expresa del patrocinio en todo telediario, programa informativo y/o boletín de noticias según informaba el blog sobre televisión ¡Vaya tele! "tienen el derecho a que sus programas sean patrocinados, excepto los programas de contenido informativo de actualidad".
Para evitar estas desventajas, el Reglamento de desarrollo de la Ley General de Comunicación Audiovisual 7/2010 aborda en uno de sus apartados sobre la publicidad la prohibición expresa del patrocinio en todo telediario, programa informativo y/o boletín de noticias según informaba el blog sobre televisión ¡Vaya tele! "tienen el derecho a que sus programas sean patrocinados, excepto los programas de contenido informativo de actualidad".
BIBLIOGRAFÍA:
Jesús Blanquiño Rodríguez
Sonia Amuneke Rodríguez
2º periodismo D
Clara Adánez Parro y Sara Cabezuelo Ayuso 2D
ResponderEliminarHola, nosotras estamos de acuerdo con vuestro texto y creemos que está muy completo. Además pensamos que los periodistas, sobre todo los que se dedican a dar informativos, no deberían hacer publicidad, ya que puede ser perjudicial para su carrera, porque puede hacerles perder credibilidad. Le dan a la publicidad una credibilidad añadida por ser ellos los anunciantes y eso en un princio es bueno para el producto que se anuncia pero negativo para el propio periodista al perder esa credibilidad que ya se habían ganado.
Muchas gracias por vuestro comentario, chicas. Estoy completamente de acuerdo con vuestra aportación. La publicidad anunciada por periodistas gana la credibilidad que pierden los profesionales de la información que la ejercen.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo también estoy de acuerdo con lo que explicáis. Por desgracia esto ocurre. Muchas veces ni nosotros mismos (periodistas o estudiantes de periodismo) nos damos cuenta de que no está bien emplear los medios o la propia imagen para hacer publicidad.
ResponderEliminarPor desgracia las personas que no estudian detenidamente este tema no tienen, probablemente, ni idea de que se hace por dinero, de que se nos intenta vender algo a través de la imagen y fama del periodista...
Cuando leí vuestra entrada lo primero en lo que pensé fueron los puritos del carrusel deportivo y a matías prats con la cuenta naranja. Jesus Vázquez y jazztel...
Natalia Vázquez Giao (2ºC Periodismo)
Muchas gracias por tu comentario, Natalia. Comparto plenamente tu opinión, la figura del periodista no debería estar relacionada con la venta de productos por mucho dinero que obtengan de las campañas publicitarias al prestar su imagen en anuncios.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCoincido en que el patrocinio de un programa perjudica su ética y enfoque, ya que nunca se hablará con total libertad, porque se obviará todo lo negativo de la empresa en cuestión.
EliminarRamón Fermín Martínez
Gianluca Del Mastro
2ºD
Muchas gracias por vuestro comentario. En efecto, como señaláis, se frena la posibilidad de que un programa critique a su patrocinador, ya que, cualquier apunte negativo repercutiría en la posibilidad de que esa misma marca renovase su vinculación con el programa patrocinado.
EliminarEcho de menos ejemplos que le den viveza al blog y que permitan ver los porblemas en un contexto concreto, no en abstracto. Debeis añadirlos y reperit el post
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