viernes, 9 de mayo de 2014

La argumentación y la imagen: argumentos vs. lenguaje corporal

Todos los días nos vemos expuestos a una gran cantidad de ideas, en los medios, en la calle, en clases, en cada  conversación…Esto significa que recibimos  demasiada información y muy distinta, por tanto, cada día, nos vemos forzados a elegir y como consecuencia a ir formándonos una opinión sobre cada tema.

Entonces la pregunta es, ¿qué es lo que nos hace elegir una u otra postura? ¿Nos dejamos llevar por los sentimientos, por las circunstancias personales, por la razón de los argumentos…? Cada persona es un mundo y cada una reacciona diferente a los estímulos, la diferencia la marca el emisor que nos intenta influir, y para ello se vale de varias herramientas.

Las que vamos a destacar a grandes rasgos en este artículo son dos. La argumentación y la imagen o  comunicación no verbal.

Schopenhauer y "el arte de tener la razón"
Cuando hablamos de argumentación nos referimos al estudio del diálogo, la conversación y la persuasión con el fin de exponer ideas y en el caso de la persuasión convencer a los receptores de ellas.  Para ello existen múltiples instrumentos como la retórica o la dialéctica que deben utilizarse de manera ética. Esto es que las preposiciones argumentativas deben ser verdaderas y no arbitrarias.

Además consideramos que deben seguirse unas normas. Como no crear impedimentos para que el otro pueda expresar su opinión y ser capaz de defender  una opinión ya expresada para evitar el oportunismo.  También hay que tener en cuenta que al contra argumentar no se debe desviar el discurso, se tiene que seguir la tesis principal que debe ser expuesta, así como los argumentos, de  manera clara y precisa.

Esta es la manera correcta de llevar un debate o una discusión, pero la realidad es que al final, todos perseguimos  alcanzar nuestros fines aunque los métodos puedan ser cuestionables.

Así lo recoge Schopenhauer  en su tratado  El arte de tener la razón:
“Los ardides que se emplean por tener razón son innumerables y variados, en muchos casos tan regularmente repetitivos que se convirtieron para mí en tema personal de reflexión que se orientó en su aspecto formal al ver que, por muy distintos que fueran los temas de discusión o las personas, las mismas manipulaciones, los mismos ardides se repetían y podían claramente identificarse.

A partir de esa reflexión Schopenhauer  redacta una serie de reglas o consejos entre divertidos y maliciosos para tener siempre la razón o “llevársela para siempre.”  Por ejemplo, caricaturizar la afirmación del contrincante para invalidarla, también otro habla de  inventar premisas para salir del paso cuando no se te ocurre otra cosa...

Otras estratagemas que propone son encolerizar al otro para dejarlo vulnerable o la utilización de argumentos ad homine , es decir, lanzar una pregunta personal que venga al hilo para descentrar al adversario , “¿por qué no te ahorcas tú?”

En resumen, el autor hace una reflexión sobre la validez de las ideas y su verdad objetiva contrapuesta con la opinión que suscitan al público. "la dialéctica erística es el arte de discutir, pero discutir de tal manera que se tenga razón tanto lícita como ilícitamente.” Deja de lado la verdad y apuesta por el impulso humano de querer ganar frente a un público, a costa, a veces, de esa misma verdad objetiva. 

Esto por desgracia, es una constante en platós de televisión. El debate, que ponemos a continuación,  sobre la despenalización de la marihuana es un buen ejemplo: 





Como vemos Claudio Izaguirre criminaliza a Sebastián Basalo  llamándolo “traficante” para desvirtuarlo de la razón y además esto también puede ser considerado como un intento de provocación y de desviar la atención. Sebastián contraataca trangiversando la opinión del otro diciendo que si apoya la ley vigente está apoyando la venta minorista de marihuana. Un descalabro al que Claudio  responde montando en cólera.  Y así es cómo el participante a favor de la despenalización de la marihuana gana el debate, no por el valor de sus argumentos si no por pura dialéctica erística.

¿Qué papel juega la argumentación en el ámbito político actual?
No cabe duda de que el contexto es fundamental: como toda forma de comunicación, la argumentación requiere un contexto. Además, la misma cosa dicha por personas distintas tiene un valor diferente. Así, se supone que una persona famosa – con buena reputación – es más influyente que un anónimo. La autoridad – sea espiritual, institucional, mental, moral… - es a menudo un factor determinante.

Por otra parte, conviene notar que la política moderna está marcada sobre todo por el valor de la imagen. Por ejemplo, para la prensa, la oposición diplomática entre Barack Obama y Vladimir Putin es, antes que nada, una confrontación de imágenes. Según la periodista francesa Béatrica Toulon, lo que más llama la atención del público es la oposición de carismas: por un lado, la “imagen cool” del presidente americano y, por otro, la “imagen marcial” de su homólogo ruso.

En la charla TED, titulada “El lenguaje corporal moldea nuestra identidad”, que ofreció en 2012, la socióloga y psicóloga estadounidense Amy Cudy subrayó la importancia de las “expresiones no verbales”. 

Amy Cudy hiso referencia en Alex Todorov, del Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton, que investigó este fenómeno. Les mostró a personas voluntarias fotos – en pares. No había más información y los voluntarios no sabían que las fotografías eran de candidatos al Senado y el Congreso estadounidenses.  La gente tenía que calificar las personas de las fotografías según el supuesto “nivel de competencia que reflejaban sus rostros.”

Luego, Alex Todorov comparó las preferencias de los participantes en la experiencia con los resultados en las elecciones reales. Se enteró de que “coincidían en más de un 70%”. “Esto significa que con un rápido vistazo a dos fotos, se tiene una gran oportunidad de predecir quién va a ganar las elecciones”, explicó.

Cuando una persona da una mala imagen, sus argumentos no importan. Todo el mundo sólo se acuerda del lenguaje corporal negativo. En cambio, cuando una persona da una buena imagen, el alcance de sus argumentos es optimó.

El "lenguaje corporal" de Kennedy y Nixon
Un ejemplo perfecto de esta situación fue la oposición entre Nixon y Kennedy, en 1960. Se trata del primer debate televisado de la historia. Tras este evento, el candidato republicano perdió la elecciones.



                                         "Kennedy vs. Nixon en 1960 (fuente: Associated Press)


Por una parte, Kennedy va bien vestido. Lleva un traje negro perfectamente cortado que resalta con el fondo. Por otra, el traje gris de Nixon se confunde con el decorado y le queda grande.
“JFK” expone sus argumentos con calma y claridad. Es naturalmente fotogénico y además está bien preparado. Mira a la cámara – o sea al público –, al moderador y a Nixon. En cambio, su rival mira hacia el techo y sonríe mecánicamente a la cámara.


                                          “Nixon sudando”, (fuente: Associated Press)


El candidato demócrata está cómodo, mientras que su adversario está sudando muchísimo y parece enfermo.

Es interesante notar que la mayoría que vieron el debate en la tele pensaron que Kennedy había salido vencedor, mientras que los oyentes de radio creyeron que Nixon había ganado.

Es cierto que el lenguaje corporal no es autosuficiente. Si una persona propone argumentos demasiado superficiales, no tendrá éxito.

La fórmula del éxito
Podemos decir que la fórmula del éxito sería un buen lenguaje corporal con unos argumentos creíbles. Fue la fórmula adoptada, entre otros, por el presidente americano Ronald Reagan. Aunque  no tenía experiencia política y cambió de partido durante su vida, el ex actor es recordado como el “Gran Comunicador” por su capacidad para recitar de memoria en público los pocos argumentos elaborados por sus consejeros en comunicación.


Aranzazu Saco Martín
Antoine Pénicaud
2°H


Fuentes:

Libro(s):
Schopenhauer, A., El arte de tener la razón. Expuesto en 38 estratagemas, Madrid, Edaf, 2011, 144pág.

Artículo(s):
Todorov, A. & Willis, J.,  “First impressions: making up your mind after a 100-ms exposure to a face.”, Princeton University, 2006.
Toulon, B., “Obama/Poutine, la bataille de l’image: charisme cool contre charisme martial”, Atlantico.fr, 18/04/2014.
“The Nixon-Kennedy debates”, History Channel Staff, History.com, 2010.
“Schopenhauer: ¿Por qué no te ahorcas tú?”, Filosofiaho.es, 2011.

Webgrafía:   

Cuddy, A., “Your body language shapes who you are”, charla TED, 2012.
"Sebsatian Basalo y Claudio Izaguirre invitados a las piñas en el programa de Rozín", C5N, 2011. 

Fotografías:
The Associated Press.



1 comentario:

  1. me gusta sobre todo la primera parte, aunque la retórica clásica estudia más las formas de trabajar el lenguaje para convencer, de forma menos agresiva que Schopenhauer.

    Una discordancia sobre el experimento de Todorov: cuando lo haya hecho mil veces con los mismos resultados, entonces será algio más concluyente. NO se puede descartar que haya sido la casualidad lo que hace que los resultados del experimento y de las elecciones encajen.

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