lunes, 5 de mayo de 2014

¿Hasta dónde llega nuestra intimidad?

¿Dónde está el límite entre lo público y lo privado? 

La privacidad es algo que pertenece a la persona individual como miembro de una sociedad. No se concibe una sociedad demócrata que no respete el área en el que cada uno decide por cuenta propia y sin coacción acerca de su moral privada. Pueden darse varias definiciones de la privacidad como “privado es todo aquello que te afecta sólo a ti mismo” o “privado es todo aquello que guardas para ti mismo, pero que también puedes compartir con tu gente más cercana”. 
Otra interpretación que se puede dar acerca del límite entre lo privado y lo público es que podrían equipararse más bien a lo que es cerrado o es abierto, lo cual se define principalmente por la voluntad propia de cada uno. Cuando algo que es privado se hace público es porque alguien ha decidido, con libre albedrío dar a conocer algo que estaba en el área de su intimidad: puede ser esa misma persona, o que alguien decida libremente violar mi privacidad. 
Con el avance de las tecnologías y el auge de las redes sociales, la privacidad ya no se ve como un derecho, sino como una excepción. Suele decirse que la privacidad ya no importa o que ya no es necesaria, e incluso que, para que esta sea segura y eficaz, hay que proporcionar datos sobre quiénes somos, qué hacemos y con quiénes vamos. Pero la privacidad es importante para proteger nuestra seguridad y autonomía. Por ejemplo, existe el anonimato online, que facilita a las personas víctimas de algún tipo de violencia o discriminación a encontrar comunidades afines.
El límite entre público y privado se da cuando se ejerce nuestro derecho a decidir con quién, cuándo y en qué condiciones queremos compartir nuestra vida personal y nuestros espacios. Esto es muy importante cuando el auge del acceso a Internet y a los espacios online ha modificado nuestras ideas sobre lo que es público y lo que es privado. Por ejemplo, si nos tomamos una fotografía a nosotros mismos en un espacio cerrado o íntimo y se distribuye sin nuestro consentimiento, se puede interpretar como que nosotros hemos sido conscientes y libres para que esa fotografía en cuestión sea difundida. Para nosotros, la instantánea era privada pero otras personas no lo verán así. Todo estos eventos se pueden relacionar directamente con la concepción que la población tenemos acerca de las redes sociales y del peligro que ellas conllevan. 

Como puede verse en el siguiente vídeo, las etiquetas de las redes sociales que nosotros creemos privadas, pueden llegar en el peor de los casos a convertirse en virales:


Fotos filtradas Scarlet Johanson
Respecto al mundo periodístico, existen una serie de leyes éticas, pero realmente no está definida la frontera entre lo privado y lo público. La población se siente más confiada al formar parte de una sociedad en la que las noticias se muestran en los medios, aunque sean de personas o instituciones que se encuentran a nivel diferente al suyo. En cuanto a los famosos, se sabe que son personas de interés social, ya sea por su profesión o por su vida personal. Sin embargo, se vulnera su libertad individual del anonimato. La rápida evolución de las tecnologías ha permitido que cualquier ciudadano utilice sus propios medios para conseguir información que posteriormente pueda vender a los medios. 
Se podría poner como ejemplo cuando a Scarlet Johanson le hackearon el teléfono y difundieron una serie de fotos sugerentes convirtiéndolas en virales. 


¿Cambia nuestra forma de comunicarnos si sospechamos que estamos siendo espiados o vigilados? 

La respuesta es sí. Comunicarse libremente es algo que el ser humano siempre ha reclamado, como puede verse en la libertad de prensa, o en las distintas revoluciones que han sucedido. Espiar o vigilar a alguien es coartar su libertad. Como se ha dicho antes, comunicarse libremente está en la libertad de una persona, y al ser espiados esta se reduce, por lo que la persona cambiará la manera de comunicarse.
Una persona al saber que está vigilada, puede hablar en clave, o simplemente no decir cosas que diría al saberse libre de espionaje. Una prueba de ello lo hizo Burrhus Frederic Skinner , quien destacó por un trabajo puntero en psicología experimental y defendió el conductismo, que considera el comportamiento como una función de las historias ambientales de refuerzo. Escribió trabajos en los que proponía el uso de técnicas psicológicas de modificación de la conducta.
Otros experimentos demuestran que el comportamento de las personas variaba si sabían el fin que tenía dicho experimento, al querer dar una mejor versión de su persona o directamente "cambiar su personalidad" de manera que no se supiera cómo es dicha persona en realidad. El comportamiento de las personas se vería afectado en función del tipo de espionaje y de la persona que nos espiase.
Por otro lado, típico de adolescentes (y de no tan adolescentes) es no hablar delante de sus mayores de ciertos temas, o simplemente hablar en bajito o irse a otro lugar, por lo que cambia la forma de la comunicación.
Muchas veces no nos damos cuenta de que estamos siendo espiados, y como se ha visto anteriormente con las etiquetas de Facebook, las conversaciones vía redes sociales tampoco están a salvo de miradas ajenas.


Por ejemplo, en las preguntas más destacadas que se hacen a la aplicación Whatsapp, se encuentra esta que podemos ver en la siguiente imagen. En ella se pone que las conversaciones no son guardadas en los servidores, pero en cambio sí pueden ser recuperadas en distintos terminales.




Sabiendo que terceras personas pueden acceder a nuestros mensajes, no cambiamos nuestra forma de comunicarnos. Hay veces que existe el conocimiento de dicho espionaje o  vigilancia, pero es de personas tan ajenas a nuestro día a día que se hace caso omiso y se da rienda suelta a la conversación.

BIBLIOGRAFÍA

http://www.whatsapp.com/faq/es/general/21197296

https://www.facebook.com/notes/autismodiario/aviso-a-navegantes-derechos-de-autor-y-facebook/482364728447421

http://www.abc.es/20120907/tecnologia/abci-whatsapp-nube-hackear-mensajes-201209071346.html

http://fpnmadrid.wordpress.com/2012/04/24/limites-entre-lo-privado-y-lo-publico-seminario-2004201/

http://www.etiquetassinpermisono.com/campana/2012/05/21/video-crees-que-por-tener-la-configuracion-solo-para-amigos-estas-a-salvo-de-los-riesgos-de-las-etiquetas-sin-permiso/

https://www.apc.org/es/news/publico%E2%94%82privado-define-tu-limite-da-forma-tu-espac

http://www.monografias.com/trabajos14/medioscomunic/medioscomunic.shtml

http://www.egov.ufsc.br/portal/conteudo/el-derecho-la-intimidad-y-los-medios-de-comunicaci%C3%B3n

http://www.reuters.com/article/2012/07/12/us-usa-internet-predators-idUSBRE86B05G20120712



Eva Serrano Ramos
Alaidine Talidi Aafif
2ºH




10 comentarios:

  1. Coincido con lo que habéis dicho sobre el límite entre público y privado "se da cuando se ejerce nuestro derecho a decidir con quién, cuándo y en qué condiciones queremos compartir nuestra vida personal". Pero me gustaría añadir, a nivel personal, que quizás una gran parte de los usuarios en redes sociales no conocen las bases de las mismas y los derechos que adquieren estas al aceptarse. En mi opinión, se debería de educar más –sobretodo a menores- para mostrar las consecuencias que tiene publicar información en la red. Con ello me refiero a colgar continuamente fotos, lugares, fechas o personas de nuestro entorno que pueden dar pie a generar información privada que en realidad no deseamos que se conozca.

    Respecto a esto último, considero que un error muy común es el de no valorar la posibilidad de que seamos objeto de investigación u estudio. No debemos de restarnos importancia a nosotros mismos pensando que no somos alguien relevante, de interés social, al que no van a investigar para extraer información. Puesto que sí que lo somos a nivel comercial y es común que usen nuestros datos para orientar nuestro propio consumo hacia sus intereses.

    En definitiva, creo que nuestra intimidad llega hasta allí donde seamos verdaderamente conscientes de la repercusión que tiene lo que publicamos.

    Juan Fernández Crespo, 2ºC

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    1. Estoy completamente de acuerdo en la parte en la que dices que la mayoría de los usuarios no conocen las normas ni las bases de las redes sociales, Juan. Muchas veces pensamos que lo que es privado (o lo que creemos que es privado) no podrá llegar a otras personas, pero estamos muy equivocados. En la mayoría de los casos en los que se pasa el límite de privado a público, ya sea una foto o un estado, es porque no nos damos cuenta de la repercusión que ello nos puede suponer, y a veces las redes sociales no tienen la culpa porque nos avisan antes. El problema está, como bien has dicho tú, en los usuarios que no leemos esas bases.

      Como ya es sabido, somos objeto de estudio. No sólo las personas de relevancia son estudiadas, sino que todos y cada uno de los usuarios de distintas redes lo somos. Coincido contigo en que es un error común restarnos importancia, pero vivimos en una era en la que nos resulta imposible imaginarnos vivir sin estar conectados con los demás por la red, y las consecuencias pasan a segundo plano.

      Alaidine Talidi Aafif, 2ºH

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  2. El ejemplo que habéis utilizado de Scarlett Johansson me recuerda a lo ocurrido hace dos años en la Universidad de Deusto de Bilbao, donde la red WIFI fue hackeada con la consecuencia de envío de fotos y vídeos privados de distintos alumnos de esta Universidad en actitud un tanto comprometida. Esto me hace preguntarme (al igual que vosotros) que donde se encuentra el límite en la privacidad de una persona. No somos conscientes, en pleno siglo XXI, de que cuando realizas una foto o un vídeo comprometido a través del móvil, los riesgos pueden ser infinitos. Aún así muchísimas personas siguen teniendo en sus móviles y ordenadores archivos de este tipo que son privados, en primer lugar, y comprometidos, material que daña la integridad moral y la dignidad de la persona en el caso que se haga público. En el caso que he nombrado de la Universidad de Bilbao, mucho material de este tipo fue difundido por todo el campus y e incluso llegó más personas no pertenecientes a la misma. Podría decir que ellos se lo han buscado, pero no es ese el caso. El caso es la salvajada de publicar ese material, ilegalmente, sin el consentimiento del autor o propietario del material; ahí está el problema y la gravedad de este asunto. Creo que estamos viviendo en una sociedad donde no hay casi distinción entre lo público y lo privado, y en muchos casos, la culpa es de nosotros mismos que hacemos público en todo tipo de redes sociales que hacemos a cada momento del día.
    Para finalizar dejo un enlace a un video de una campaña de sensibilización sobre este tema.

    https://www.youtube.com/watch?v=xSdIVX_bw2I

    Ana Soriano Micó - 2ºH

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Efectivamente, Ana. La intimidad de una persona llega hasta donde la propia persona desea, es la esfera personal de cada uno.
    Como sabemos, la tecnología avanza a pasos agigantados, y la técnica de hackeo también, por lo que nuestra intimidad peligra cada vez más.
    El ejemplo que has puesto nos hace replantearnos el envío de archivos privados a terceras personas, aunque estas sean próximas.
    En el siguiente enlace te dejo una noticia donde se detiene a un joven por violar la intimidad de su pareja.

    http://burgosconecta.es/2014/05/19/un-joven-de-23-anos-detenido-por-un-supuesto-delito-contra-la-intimidad/

    Como podrás comprobar, hasta cualquier persona sin conocimientos en informática y teléfonos móviles puede acceder a los datos de los demás fácilmente

    Alaidine Talidi Aafif - 2ºH

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  5. La intimidad es algo que con el tema de las redes sociales se esta cada vez perdiendo, y en muchos caso somos nosotros mismos los que hacemos que nuestra intimidad se extinga poco a poco,ya subimos muchas cosas imagenes,comentarios,etc que nos unen al resto pero que mostramos todo de nosotros por lo que el valor de lo publico y lo privado lo sobrepasamos.
    En mi opinión,debe de establecerse el limite entre lo publico y lo privado basandose en la etica y en nosotros mismos.

    Fatima Leal Chaves.
    2ºH.

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  6. Estoy de acuerdo con vuestro planteamiento acerca de la privacidad y de cómo nos está afectando a la sociedad de manera directa o indirecta. En mi opinión, la privacidad que nosotros creemos tener es algo dudosa. A través de las redes sociales ''vendemos'' nuestra vida sin pensar en las consecuencias que eso puede tener a la larga. No solo ocurre con personalidades famosas (en este caso Scarlett Johansson), sino que cualquiera de nosotros podemos ser víctimas de un hackeo de nuestras cuentas y como consecuencia perder nuestra privacidad ya no solo personal, sino también por ejemplo de nuestras cuentas bancarias.
    En cuanto al cambio que sufrimos al comunicarnos si sabemos o intuimos que estamos siendo espiamos es evidente que la respuesta es afirmativa. No tiene porqué estar dándose una comunicación cara a cara para sospechar que la información que estamos dando va a ser vulnerada. Como bien habéis expuesto, la mayoría de los movimientos que realizamos vía Internet están siendo registrados, por lo que cualquier información quedará reflejada en la red.
    Aún así, sigo manteniendo la opinión de que cada vez nuestra privacidad va a menos aunque nosotros pongamos una barrera entre lo que queremos mostrar y lo que no.

    José Manuel Expósito Muñoz 2ºD

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  7. Estoy de acuerdo cuando decís que la gente "vende" sus vidas a través de las redes, ignorando las consecuencias e ignorando también quién y en qué circunstancias va a ver lo que se sube a dicha red.
    Esto, en muchos casos provoca el llamado "ciberbullying", que a veces llega al extremo de seguir acosando a la víctima incluso después de haberse borrado la cuenta en la red social. En los casos más llamativos, incluso después de morir la víctima, siguió el acoso.
    Aquí adjunto un enlace donde pueden verse distintos casos de esto que acabo de hablar:
    http://www.ciberbullying.com/cyberbullying/casos-de-ciberbullying/

    Lo que está claro, como decís vosotros, que la barrera entre lo público y lo que pertenece al ámbito privado lo marcamos nosotros como personas. El problema está en que no conocemos muy bien donde está ese límite.

    Alaidine Talidi Aafif - 2ºH

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  8. Está claro que el límite público- privado ha ido cambiando y cada moemnto histórico responde a una diferente gestión de ese equilibrio. Y que nos comprtamos de forma diferente al saber que estamos siendo observados: la idea de panóptico, que vien de Bethan y fue usada por Foucauklt, ha sido muy aplicada en ciencias sociales y me sorprende que no la citeis.

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  9. Creo que lo que está pasando actualmente es un cambio de paradigma. El concepto de intimidad sigue siendo el mismo, lo que ha cambiado es como preservarla. Ahora hay que andar con pies de plomo, dado que cualquier fallo que una persona de relevancia cometa puede acabar en la red en cuestión de segundos, basta con que haya alguien cerca con un teléfono móvil. Además, si algún escándalo de peso cae en la red resulta casi imposible librarse de él, para cuando el vídeo o foto en cuestión sea borrado habrá mil copias más de él circulando.

    Ylenia Espinosa Torres, 2ºC

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