viernes, 9 de mayo de 2014

Problemas de interpretar en exceso. La sobre-interpretación

Publicado por Javier Martín Hernández y Ayoub Maarouf

Los seres humanos contamos con una mente que nos permite utilizar estructuras lingüísticas complejas, usar la lógica, concebir y transmitir conceptos abstractos y muchas más habilidades. La que nos va a ocupar nosotros es la habilidad de interpretar. Entiéndase como interpretación la capacidad para entender y concebir la esencia de un mensaje. Es por lo tanto esencial una buena interpretación de los mensajes por parte de los receptores en el proceso comunicativo para que este tenga éxito.

En el proceso de interpretación es necesario que el receptor se sitúe en el contexto pretendido por el emisor para poder captar la esencia del mensaje y la intenciones que conlleva. Interpretar es, en definitiva, asignar a un concepto o idea una realidad material relacionada con él.

¿Qué sucede entonces cuando a un mensaje le atribuimos algo que no concuerda con la realidad? ¿Qué consecuencias puede tener el fenómeno de la sobre-interpretación, habitual en los paranoicos?
Este fenómeno, según Umberto Eco, es propiciado por nuestra tendencia natural a pensar en términos de identidad y semejanza. Los seres humanos elaboramos nuestros propios esquemas mentales a partir de conceptos que tienen relaciones análogas, contiguas y de semejanza con otras cosas. Pero no por ello podemos encuadrar como paranoico todo comportamiento en el que se busque la comparación. Por ejemplo, un niño pequeño entiende qué es una madre porque, al igual que le sucede a él, sus compañeros de clase son acompañados hasta la escuela por una mujer que les lleva de la mano y les despide con un beso (entre otras cosas).

Ahora imaginemos a un niño huérfano que reside en un orfanato y es acompañado todos los días a clase por una asistente social. Ante la aparente semejanza en la situación respecto a los otros niños, este huérfano piensa que ella es su madre. ¿Podríamos considerar que este niño a sobre-interpretado los hechos? No, ya que este tiene pocos elementos para comparar su situación y descartar la idea de que esa mujer que a él le acompaña no sea su madre, cosa que sí hace una vez a adquirido la suficiente experiencia para poder discernir qué es una madre y qué no lo es.

 En el caso de un paranoico no es cuestión de experiencia, sino de la simplicidad que hace de los hechos y de los elementos. En el paranoico hay una sobreestimación de la importancia de los indicios, que nace de una propensión a considerar como significativos los elementos más inmediatamente aparentes.

Volviendo al niño huérfano, este tiene pocos elementos con los que comparar su situación y descartar la idea de que esa mujer que a él le acompaña no sea su madre, cosa que sí hace una vez ha adquirido la suficiente experiencia para poder discernir qué es una madre y qué no lo es. En el caso de un paranoico no es cuestión de experiencia, sino de la simplicidad que hace de los hechos y de los elementos.

Un ejemplo de sobre-interpretación es el de aquellos que interpretan la Biblia literalmente. Las creencias de los Testigos de Jehová se fundamentan en exclusivamente todas y cada una de las palabras que se encuentran en la Biblia. Este es un movimiento que está generalmente aceptado por las pocas repercusiones que tiene más allá de la involucración de sus miembros.

Aunque es difícil hacer un análisis de sujetos individuales que por distintas circunstancias se vean afectados por la sobre-interpretación, sí que se puede tomar como ejemplo grandes grupos que han causado perjuicios por su actividad generada por este síntoma paranoico, como pueden ser sectas o grupos terroristas.

La ola es una película alemana que nos sirve para ejemplificar cómo grupos numerosos se dejan arrastrar por la sobre-interpretación. Esta película, basada en un hecho real como fue el experimento de ''la tercera ola'', muestra los acontecimientos propiciados por unos alumnos que ''malinterpretaron'' el mensaje de su profesor, que consistía en establecer una pequeña autocracia dentro del aula con un fin didáctico y académico.



En definitiva, se puede hablar de la sobre-interpretación como un problema a pequeña escala, que incluso puede ser común en algunas situaciones cotidianas. El gran problema es cuando es un grupo grande el que está contaminado por la irreal representación de un mensaje, y que puede traer consigo consecuencias sociales o políticas.


Bibliografía:

ECO, Humberto (1997): Interpretación y sobreinterpretación. Madrid. Cambrige University Press.

WATZLAWICK, Paul, BEAVIN, Janet y JACKSON, Donald (1985): Teoría de la comunicación humana. Barcelona. Editorial Herder.


Recursos online:

3 comentarios:

  1. Es un tema que no nos paramos a pensar a menudo, pero como afirmais está en nuestra cotidianidad y es generadora de múltiples conflictos. El ejemplo sobre la religión es muy claro; muchas personas se han quitado la vida por interpretar mal los calendarios antiguos. También es muy pertinente la diferenciación que habeis hecho de una persona paranoica. Por último, la película de "la ola" es muy buen reflejo de lo que mencionais, y aunque a veces, en el día a día, no termine de forma tan trágica -como en la película-, una sobre-interpretación genera discusiones que fácilmente podían ser evitables.

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  2. Gracias por tu comentario Alberto. Evidentemente la sobre-interpretación normalmente pasa desapercibida, pero, al igual que en los casos cuyas consecuencias son graves, es por una falta de conciencia crítica y de simplemente abrir los ojos y la mente. Sí, algo tan importante y tan poco valorado....

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  3. Buena entrada, aunque estaría bien saber el origen de las ideas ¿Son del libro de Eco?

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