La aparición de las tecnologías de la información y de la
comunicación, así como el desarrollo de Internet y el afianzamiento de las
redes sociales en la actualidad, han supuesto una revolución en la manera de
transmitir la información. Además de los medios tradicionales – radio, prensa y
televisión – ha surgido una nueva forma de hacer periodismo. Los ciudadanos
tienen la capacidad para convertirse en informadores, en unos nuevos
periodistas, gracias a estas modernas herramientas. Los blogs, las redes sociales
y algunas páginas web, sirven para dar una visión diferente de los hechos e
incluso contar cosas que no tienen cabida en los medios de comunicación.
Esta nueva vertiente, suscita polémica entre los expertos
de la comunicación. Por un lado, nos encontramos a los partidarios y defensores
de este periodismo ciudadano que lo ven como una oportunidad para que la gente
se exprese y contribuya a dar una mayor pluralidad informativa. En el otro
extremo, están los partidarios de la necesidad de una formación, tanto
profesional como ética, que permita transmitir los hechos y las informaciones
de la forma más veraz y contrastada.
Oscar
Espiritusanto, fundador de periodismociudadano.com y
profesor en la Universidad Carlos III de Madrid, afirma que “la poca credibilidad de los medios, la
democratización de las herramientas de comunicación y la popularización del uso
de Internet permiten a ciudadanos y profesionales generar contenido en igualdad
de condiciones técnicas”. Así, los ciudadanos pueden “informar de lo que los
medios no informan, ofreciendo otro punto de vista documentado sobre una misma
realidad”.
Una de las principales razones de la
aparición de este periodismo 3.0, es la pérdida de credibilidad en los medios
tradicionales. La inmovilidad de éstos, provoca una pérdida de interés y
confianza, por lo que la gente se lanza a crear nuevas plataformas de difusión
de información. Se caracterizan por la sustitución del flujo unidireccional
informativo por una mayor presencia del diálogo y donde el feedback adquiere relevancia.
No obstante, este
nuevo periodismo, necesita nutrirse de los grandes medios, así como que éstos
últimos han encontrado en los “periodistas ciudadanos” una nueva fuente.
Existen algunos casos de colaboración entre ambas partes, porque los grandes
medios han sido testigos de este gran potencial, como por ejemplo: Al Jazeera, con The Stream; The Guardian, con The Guardian Witness; New
York Times, con Watching Syria’s War, o CNN, con iReport, que cuenta actualmente con un millón de visitas mensuales
aproximadamente, unas 10.000 piezas informativas cada seis meses y una
inversión de 750.000 dólares anuales.
Otros defensores del periodismo
ciudadano, como Dan Gillmor, señala
la importancia que el periodista ha de saber escuchar a su audiencia, pues le
puede servir de ayuda en muchas ocasiones.
Gabriel Sánchez, periodista, doctor en Ciencias de la
Información y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, opina
que “el intercambio de papeles no es posible, pues si el emisor se convierte en
receptor y éste es el que emite el mensaje, se distorsiona por completo el
panorama de la comunicación”. Porque, a diferencia del resto de los ciudadanos,
el periodista tiene un “compromiso con la verdad, la diferenciación entre
información y opinión, la verificación de las noticias y las normas éticas que
le incumben”.
El profesor Enrique de Aguinaga distinguía entre los periodistas titulados y
los intrusos. La formación de los primeros les permite seleccionar, valorar y
jerarquizar las noticias, además de la capacidad técnica que exige la
transmisión de un mensaje. Sus estudios sirven para elaborar las noticias,
redactarlas y para utilizar un procedimiento adecuado para que las noticias
sean entendidas, tanto en prensa escrita, radio o televisión.
Por su parte, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) hizo la siguiente
definición de lo que significa ser periodista, en la que diferenció, como
Aguinaga, entre los periodistas con título universitario y los que se dedican a
la labor periodística aunque no tengan una formación específica para ello:
“El periodista es un profesional cuya labor consiste en
facilitar información de actualidad e interés público, objetiva y veraz a la
sociedad. Tiene la condición de periodista: a) todo licenciado en Periodismo
por una universidad española y aquel que siendo licenciado en otra materia
posea un máster en periodismo por una universidad española; b) toda persona que
tenga por ocupación principal y remunerada la obtención, elaboración,
tratamiento y difusión de información de actualidad, en cualquier medio o
formato y que acredite tal actividad durante, al menos, tres años consecutivos”
Otro aspecto a
señalar es que un periodista al uso cuenta con mayor acceso a las fuentes de
información. Es más capaz de elegir entre los contactos adecuados para
conseguir datos que un periodista ciudadano. Su experiencia le da la
posibilidad de tener un conocimiento más amplio en la parcela de la actualidad
en que se mueve.
Existen casos que
apoyan estas dos posturas.
En Brasil, en junio
de 2013, se sucedieron una serie de protestas contra la corrupción política, la
subida del precio del transporte público y las enormes cantidades de dinero que
se estaban destinando a preparar el Mundial de Fútbol de 2014. Los
manifestantes se percataron de que los medios estaban haciendo muy poco seguimiento
de las protestas y que éste no se correspondía con lo que estaba ocurriendo,
así que comenzaron a informar por su cuenta. El siguiente vídeo sirve para
ilustrar este fenómeno que se conoce como Midia Ninja.
Otro de los casos en los que el
periodismo ciudadano ha cubierto la necesidad de información, es en las
revueltas árabes o Primavera Árabe. Los medios internacionales se vieron en
dificultades para enviar reporteros a los países en los que se dieron estas
revueltas, además de la propaganda que se estaba proporcionando desde el poder.
Estos obstáculos propiciaron que la información procediera de los propios
manifestantes cuyos blogs y redes sociales fueron las fuentes de información
más importantes.
No obstante, la participación de estos
“nuevos periodistas” en los medios o como un nuevo elemento transmisor de
información, puede llegar a ser comprometida y arriesgada en algún momento. Por
ejemplo, en el programa iReporter de
la CNN, donde los usuarios contribuyen con sus artículos, se publicó una
noticia sobre un supuesto ataque cardíaco sufrido por Steve Jobs, el fundador
de Apple. Dicha noticia, que resultó ser falsa, provocó fobia en el sector y un
pronunciado desplome en la cotización de las acciones de la empresa.
Como ya hemos explicado, el
periodismo ciudadano está lleno de ventajas y desventajas. Cuenta con
defensores y detractores. Es una nueva herramienta informativa. Peligrosa y que
ha de ser cogida con pinzas, pero necesaria y de gran utilidad en los tiempos
tecnológicos que discurren.
Por:
David Barreira Randulfe y Mario Talavera Felipe
Grupo: 2ºD Periodismo
BIBLIOGRAFÍA:
En la actualidad es verdad que cualquier ciudadano puede gestionar información como de un profesional se tratara. Tiene a su disposición la tecnología que lo hace posible, también el mayor centro de documentación que existe:internet; y lo más importante, su propio medio de difusión:las redes sociales. Pero la cuestión no es poder trasmitir información, es la credibilidad ligada a la responsabilidad con la que se hace.
ResponderEliminarA los grandes medios se les acusa de falta de independencia, primero política, y después por estar sometidos a numerosos intereses comerciales. Pero lo que es indiscutible es que detras de una noticia tiene que haber una responsabilidad. La noticia la difunde determinada empresa y la firma un determinado periodista, así, como dice Gabriel Sanchez, "el periodista tiene un compromiso con la verdad".
Por otro lado, "el periodista ciudadano", solo tiene un compromiso con si mismo,con sus principios,tiene la libertad y capacidad de trasmitir información, y puede decir la verdad, pero también mentir. No está sujeto a una disciplina profesional.
Acontecimientos como "el 15M" o la "Primavera Árabe" han demostrado que aunando el trabajo entre los dos se puede dar una información veraz, contrastada y que desmienta la meramente gubernamental.
Un ciudadano puede ser testigo de un acontecimiento, o sea, una fuente muy valiosa para el periodista; también puede ejercer incluso como una especie de correponsal, pero al final esa información debe ser contrastada, verificada, limpiada, y hacerla comprensible y atractiva para el ciudadano.
Que el ciudadano quiera participar en la gestión de información es comprensible. Todas las personas estamos involucrados en la historia de nuestro tiempo, pero un periodista está formado para informar sobre ello, no de manera objetiva, pues eso es imposible, pero sí de manera profesional. De ahí la importancia de una prensa libre, variada y profesional.
Totalmente de acuerdo con tu comentario, Javier. Los grandes medios de comunicación y los periodistas con titulación, deberían de ser los encargados de desarrollar todo el contenido informativo que se genera en todo el mundo, pero nos encontramos ante un grave problema que lo hace muy difícil, casi imposible: los intereses.
EliminarEn la sociedad actual es realmente complicado encontrar una empresa periodística que no se mueva por intereses, bien sean, políticos, económicos o de otro tipo. Por lo que la idea de la prensa libre y variada es casi algo utópico.
Y es ahí, en esa situación, cuando los ciudadanos se dan cuenta de que la información se cuenta de una manera u otra en función del periódico, radio, tv, etc. por culpa de los dichosos intereses. Entonces, ¿qué pueden hacer ellos? Pues con los medios limitados de los que disponen, dan su visión de la realidad, contribuyendo al círculo informativo, aunque en algunos casos, pueden llegar a ser aportaciones peligrosas y engañosas, por lo que como bien has señalado, es muy importante contrastarlas y verificarlas.
Me parece muy interesante la exposición que hacéis de las diferentes posturas respecto al tema del periodismo ciudadano.
ResponderEliminarA mi parecer la clave está en conseguir un término medio, porque una persona que no tenga la formación suficiente como periodista puede caer en el sensacionalismo y el sentimentalismo y alejarse de la verdadera información.
Pero al mismo tiempo, es necesario, en muchas ocasiones esa información aportada por ciudadanos de a pie porque los intereses que hay detrás de los grandes medios de comunicación, hacen que existan temas que no son tratados o que se tratan de manera parcial e incompleta.
Diferenciar a los profesionales por su titulación y no por sus capacidades me suenaa terriblemente corporativista. Más allá del título, la cuestión es si el periodista tiene detrás un medio que le poaye, le proteja, le de cobertura, tiempo, respaldo legal.... Buen post
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