sábado, 12 de abril de 2014

El nuevo Periodismo

Es evidente que estamos viviendo en la actualidad un gran cambio en el concepto de la profesión periodística.

La figura del periodista, poseedor de fuentes más o menos fiables y con el aval de pertenecer a un medio de comunicación conocido, ha cambiado hasta el punto de que cualquier individuo que posea un dispositivo móvil es capaz de llevar a cabo la labor que antes resultaba tan complicada.

A lo largo del tiempo, los periodistas han sido capaces de cambiar el clima de opinión de toda una sociedad en casos como el de Vietnam, en el que la “guerra desde el sofá” acabó con la invasión de las tropas estadounidenses en el país asiático. Imágenes de la guerra, como la de una niña vietnamita corriendo entre el napalm, o hechos como que el número de reporteros muertos cuando acabó el conflicto en Iraq fuera mayor que el de soldados estadounidenses, han llevado a la población a acabar con situaciones con las que no se sentían tan cómodos como sus gobiernos. 


Kim Phuc corre envuelta en napalm,  
Huynh Cong “Nick” Ut, 1972.


Pero en la actualidad, y entre otros alicientes, las causas principales de que éste “periodismo ciudadano”, como se ha empezado a denominar a esta práctica, esté viviendo un continuo auge, son la gran crisis de calidad, pero sobre todo económica, sufrida por el sector de la información. 

Debido a la falta de recursos, las informaciones con las que trabajan los medios de comunicación cuando se trata de acontecimientos de origen internacional suelen ser provenientes de agencias de noticias, con lo que encontramos que la misma información vale para todos los medios, solo tamizada por una falta de objetividad de la que nos convertimos en partícipes exponiéndonos selectivamente.




Diferencia en el tratamiento de las imágenes según diferentes medios


Además los periodistas viven, en muchas ocasiones, dificultades máximas para llevar a cabo  su trabajo en lugares como Afganistán, donde el peligro de secuestros o las dificultades para moverse por el país y verificar la información in situ hacen aún más complicada la búsqueda de la verdad acerca de la situación de un país en el que el régimen talibán acaba aún hoy con unas quince personas por día y en el que sólo existe una corresponsal española.

Así, conflictos de carácter internacional que tienen repercusión mundial, como pueden ser los casos de Venezuela, Ucrania o Siria, solo llegan de una forma clara y transparente a nosotros, ciudadanos residentes a miles de kilómetros, por medio de este periodismo ciudadano o “periodismo 3.0”.

Pero aunque este periodismo comunitario presume de estar estrechamente vinculado al activismo social, la objetividad no existe o es complicada de conseguir tanto a la hora de hablar de un medio de comunicación como en el caso de los ciudadanos que captan y difunden una información crucial en muchas ocasiones. De este modo, además de estar sometidas al eterno velo de la subjetividad, éstas informaciones carecen de una serie de filtros a la información obligatorios en los medios de comunicación profesionales, que buscan encontrar, si no la verdad, la veracidad, entre otros contrastando sus informaciones y llevando a cabo un control un tanto exhaustivo de las fuentes.



Entonces, ¿Somos todos periodistas?

Hemos de partir de la base de que es extremadamente complicado que el periodismo ciudadano llegue a suplantar al periodismo convencional por el peso de su verdad para la sociedad y el gran salto generacional actual, que divide a los individuos de las sociedades modernas entre usuarios de las redes sociales y personas que solo confían en un periodismo que llaman serio y convencional.

Así, una de la pocas soluciones posibles para este conflicto sería hacer una clara diferenciación semántica con la que debemos entender los conceptos de periodista como no equivalente a comunicador y dispositivo para la información como no equivalente a periodismo.

El periodismo ciudadano solo lleva a cabo la libertad de expresión, aunque posea ventajas como la no mediatización, la mayor transparencia o la inmediatez.

¿Continúan los periodistas teniendo el poder sobre los filtros en la información o lo han perdido?

Aunque existan, hoy en día, fuentes diferentes que nos provean de información, los individuos hemos de tener clara la diferencia entre un periodismo profesional, contrastado, fruto de fuentes fiables y que saben que están siendo utilizadas como tales. Informaciones que nacen de una ética y deontología propias de la profesión periodística, que aplica una serie de filtros a la información, y un periodismo ciudadano inmediato, sin tamizar por las líneas políticas típicas y de sobra conocidas de cada medio. Así, aunque pueda parecer que el ciudadano no mediatiza ni manipula la información, éstos también responden a intereses, aunque sean individuales, ya sean políticos o ideológicos.

De este modo, cuando una información no pasa por una serie de filtros nadie puede verificar que sea verdadera o, al menos, veraz. 

A pesar de esto, los ciudadanos receptores de estas noticias provenientes del periodismo ciudadano somos los responsables de contrastar la información, de combinar fuentes periodísticas convencionales con material de las redes sociales, tan útiles hoy en día para hacernos partícipes, casi de primera mano, de lo que pasa en el mundo.

¿Cómo se relacionan los periodistas con las redes sociales, en tanto fuentes y en tanto nuevos formatos informativos?

En cuanto a la relación de los periodistas con las redes, es de sobra conocido que Twitter ha abierto una plataforma a los ciudadanos para ejercer el llamado “microperiodismo”, pero es imposible obviar la utilidad que éste ha tenido también a la hora de ayudar a los periodistas profesionales a difundir su información de una forma mucho más inmediata. Una plataforma que, además, hace posible el hecho de interactuar entre periodistas y lectores, lo cual dinamiza el proceso informativo y nos hace sentirnos partícipes de la noticia.

Además, otro foco de atención son las cuentas de Twitter de los personajes públicos, entre ellos personas pertenecientes al Gobierno o a cargos públicos, personajes políticos,… De estas fuentes primarias los periodistas extraen información continuamente, lo que les provee de material nuevo rápida y eficazmente.

En definitiva, no es la Web la que está acabando con el periodismo convencional, sino que es el motor para dar un nuevo giro a nuestra profesión, siendo capaces de aprovechar la inmediatez y la gratuidad del medio para hacer llegar informaciones periodísticas serias, veraces y contrastadas que consigan llevar a cabo la misión primordial del periodista, crear una opinión pública de calidad, así como ayudar a los individuos a elegir las informaciones pertinentes, ya sean fruto del periodismo ciudadano o del convencional.



Enlaces de interés:


El gran foco de noticias que es Twitter:


La manipulación informativa por medio de imágenes:


Venezuela, la realidad de las redes sociales:

Cubanos por el mundo:


El tuit del Papa Francisco: (se ha llegado al diálogo entre Gobierno y Oposición gracias a esta reflexión del Vaticano)

Noticias que nacen de Internet:






Bibliografía y Webgrafía:


-Información extraída del seminario "Reporteros de guerra" en la UCM.

-Twitter

-Facebook (Yorgel Moncada, ciudadano venezolano)

-http://www.siete.pe/uncategorized/40-anos-de-la-historica-foto-la-nina-del-napalm/








María Ruiz Arjona, 2ºH

7 comentarios:

  1. Creo que este artículo resume justamente el momento actual que estamos viviendo en nuestra (futura) profesión.
    A día de hoy, encontramos muchos perfiles en las redes sociales, Twitter especialmente, que intentan actuar como medio fiable o como periodista de calidad, cuando no poseen ninguna de las dos cualidades. El periodismo está sufriendo un intrusismo muy marcado con la aparición de este tipo de redes tan instantáneas. Es tal la repercusión de estas redes, que hasta los medios nacionales o incluso mundiales han decidido ser parte de ellas. Es debido a esto, a la necesidad de información "express", por lo que creo que estamos entrando en un bucle de desinformación. Los medios buscan la información rápida y, por consiguiente, no muy contrastada. Esto, lógicamente, va a afectar al consumidor, que llega un momento en el que no sabe si lo que lee es verdadero o no. Por ello, creo que es necesario saber hasta qué punto creer en un perfil de Twitter o la noticia que este da.
    En primer lugar, hay que saber cual es la fuente, porque ya sabemos que en Internet corren muchos rumores. En segundo lugar, creo que hay que saber separar entre las redes sociales y los medios de información. Y por último, considero imprescindible que sea el propio periodista quien sepa donde está el límite entre el periodismo y la "información en la red", y no utilice siempre estos últimos como fuente, pues tiende a no ser fiable. Con esto concluyo, contestando a una de las preguntas: no, no todos somos periodistas.

    Berta Blanco Catalán 2ºC

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    1. Estoy de acuerdo contigo Berta. No todos somos periodistas, y muchas veces estamos cansados de que algo solo ocurra en nuestra profesión: abogados, médicos o especialistas de cualquier tipo desempeñan el papel de los periodistas sin llegar a estar preparados para ello en el sentido de que no conocen los filtros indispensables que debe soportar una información para que pueda ser calificada de veraz. De este modo, no podemos olvidar que en este caso toda la responsabilidad recae sobre los comunicadores, quienes debemos ser conscientes de la labor pública que hemos de desempeñar, llevando a cabo siempre un búsqueda exhaustiva de la verdad.

      Saludos,

      María Ruiz.

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  2. Pienso que es cierto que se esta abriendo paso a un nuevo tipo de periodismo y estoy totalmente de acuerdo en que la falta de calidad y los cada vez menos recursos que tienen los periodistas para desarrollar su profesión son los principales motivos por los que se está desplegando este cambio. El 'periodismo ciudadano' puede ofrecer mayor inmediatez, pero no se podría tomar como una fuente fiable de información, porque ya se han dado varias informaciones erróneas en las redes sociales. Los periodistas deben aclimatarse a este nuevo periodismo, el periodismo digital por así decirlo, e incluso cada vez es más raro encontrar a un periodista profesional sin perfil en Twitter, por lo que se está viendo claramente una evolución del periodismo hacia lo digital.

    Andrés Castrejón Rico - 2ºC

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    1. Los perfiles de los periodistas en Twitter son los máximos exponentes de que las redes sociales, en muchas ocasiones, desempeñan un papel fundamental a la hora de interconectarnos y de abrir un debate con los lectores, con el público.

      Pero la realidad es que la gran crisis que sufren los medios es la oportunidad para que los futuros periodistas crean en un giro radical totalmente necesario para nuestra profesión. Así, os animo a que nos esforcemos mucho más que las generaciones pasadas, ya que la situación de fragilidad en la que nos encontramos solo puede resolverse con la creación de medios fuertes y fiables, alternativos, fresca y nuevos.

      Saludos,

      María Ruiz.

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  3. Estoy de acuerdo con que el periodismo está experimentando un cambio, pero yo plantearía este tema desde otra perspectiva. No deberíamos centrarnos en si el periodismo ciudadano superará algún día al periodismo profesional, sino en porqué surgió. Este surgió por una pérdida de calidad en la transmisión de la información así como un descontento de la gente por la falta de objetividad de las mismas. Esto, a mi entender, surge por varios problemas. Yo destacaría una que ya habéis mencionado vosotros, el abusivo uso de las agencias de noticias. El uso de los corresponsales es algo, a mi entender, fundamental para poder ofrecer una información propia y de calidad. Puede que con las agencias de noticias esa calidad se mantenga, pero no la propiedad de la misma. Al leer una noticia en distintos medios pensamos que el enfoque usado en cada uno será distinto, pero en la práctica esto no se cumple. Los medios se limitan a contar lo mismo que les llega con la agencia de noticias, sin contar nada propio, algo que, a mi entender, se queda a veces pobre.
    El surgimiento del periodismo ciudadano nos indica que, cada vez más el periodismo tradicional se está quedando obsoleto en esta era digital que vivimos. El periodismo deberá adaptarse a estos nuevos tiempos y aclimatarse más a las nuevas tecnologías, adaptarse a ese periodismo 3.0.
    Como dice Cheikh Fall (bloguero de fama mundial) en un artículo publicado en El País “El periodismo ciudadano es complementario del profesional”. El periodismo ciudadano necesita al profesional para profundizar en las noticias y el periodismo profesional necesita al ciudadano para enterarse de primera mano de las primicias. El problema fundamental de este “nuevo periodismo” es la falta de contrastación de la información. Hay que saber distinguir la noticia del rumor, algo cada vez más difícil.
    Rubén Rubio Sánchez 2ºC

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    1. Rubén, los problemas que planteas acerca del periodismo son sin duda fundamentales, pero no hemos de olvidar algo que solemos pasar por alto y es también sumamente importante: no son solo los periodistas pertenecientes a los medios los que pecan de subjetivos. La objetividad no existe en ningún caso particular, y aunque no sean los intereses económicos los que promuevan los actos, muchas veces los ideales propios son un aliciente más que suficiente.

      Los periodistas hemos de vivir en el mundo real, compartiendo nuestra profesión con la era de infoxicación en la que nos encontramos. Pese a ello, nunca dejemos de creer en la importancia de nuestra palabra.

      Saludos,

      María.

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  4. Yo creo que el porblema es, precisamente, que el periodismos ciudadano está vinculado a militancias y compromisos en causas concretas (mi barrio, el tema tal o cual) y eso evidentemente le resta objetividad pero le da gran proximidad. El reto en crear un ecosistema informativo en el que los periodistas puedan complementar esas noticias de proximidad con sus técnicas y valores

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