¿Qué papel juegan las metáforas en la creatividad? ¿Cuáles tienden a repetirse? ¿Cambian las metáforas al cambiar los temas y objetos a los que se refieren? ¿Qué implicaciones sociales tiene el uso reiterado de ciertas metáforas?
Aristóteles afirmaba en Poética, que “la metáfora consiste en
trasladar a una cosa un nombre que designe otra, en una traslación de género a
especie, o de especie a género, o según una analogía”, ya que fusión de esta,
se forma la metáfora. A día de hoy, la Real Academia Española define metáfora
como “tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro
figurado, en virtud de una comparación tácita” o “aplicación de una palabra o
de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente,
con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar
su comprensión”.
Las metáforas conceptuales no
son arbitrarias ya que su aparición responde a varias causas. Según la
literatura, la principal motivación de una metáfora conceptual puede residir en
su base experiencial o en la percepción que hacemos de un parecido entre los
dominios. El lenguaje nos sugiere que muchos de nuestros conceptos más básicos
se conceptualizan metafóricamente. Por ejemplo, es muy difícil hablar de las
causas, los estados, las acciones, el tiempo, las ideas o la vida sin usar
lenguaje metafórico (“responder” a una causa, estar “en” un estado, “llegar a”
hacer algo, “ganar” tiempo, “sacar” ideas de algo, “pasar por” la vida...).
Las expresiones pueden ser de carácter
creativo (el tiempo que pasas conmigo
está muy devaluado) o convencional (ahorrar
tiempo), pero incluso si son muy convencionales, no dejan de ser metafóricas.
La prueba está en que nuevas expresiones se acuñan constantemente que hacen uso
de los mismos mecanismos conceptuales (“residir”
en un estado permanente de tristeza, “desenterrar” ideas, “navegar” por la vida).
Se puede afirmar que la fuente y origen de nuestra actividad racional es
el trabajo creativo, activo, de nuestra imaginación, esto implica que la
creatividad se puede educar y desarrollar, no es cuestión de genialidad sino de
disciplina, educación y trabajo, por lo que el uso metafórico del lenguaje
posee además de la función estética y cognitiva, un poder persuasivo, expresivo
y epistémico, puesto que, por un lado, supone inteligencia, ingenio y
sensibilidad para asociar situaciones diversas, y por otro, a veces, obedece a
la necesidad de explicar atributos abstractos o difíciles de describir. Las
metáforas ponen a prueba nuestra creatividad, bien sea para entenderlas, o para
hacer que nos entiendan, sin la creatividad las metáforas no podrían
desarrollarse.
En la actualidad, todos los discursos se conforman de metáforas, de
las cuales, ni hablante ni oyente -escritor o lector, presentador o
telespectador- se percata de ellas. Estos recursos estructuran la lógica
interna y los contenidos de los discursos. Así pues, la metáfora, además de un
recurso expresivo, es una forma de crear cierto conocimiento, ya que somos
capaces de conocer un ámbito del cual no sabíamos nada mediante los
conocimientos que tenemos de otro ámbito. Mediante esta conclusión, la
metáfora, permitirá distinguir lo que una sociedad da por sabido y lo que para
esa misma sociedad es una incógnita. Por ejemplo un niño que ve por primera
vez un avión volando en el cielo y se le explica que es
como un pájaro con motor o un automóvil que vuela,
esto le permite comprender lo
desconocido a través de lo conocido.
Dentro de la metáfora, destaca el
signo, ya que muchas veces se parte de este para crear la analogía en la que se
basa la metáfora. Pasa esto con los olores. Cuando intentamos pensar
conceptualmente en un olor, primero aparece en nuestra mente una imagen o
sensación que nos recuerda a ese olor, y más tarde, aparecerán las sensaciones
que ese olor nos provoca. Por ejemplo, al pensar en el olor del incienso,
pensamos al instante en una iglesia.
Existen muchas metáforas que
se repiten constantemente, y son tan parte de nuestra vida cotidiana que
incluso las utilizamos automáticamente; pero existe una clasificación. Primero
tenemos las metáforas orientacionales,
que sistematizan una red global de conceptos en relación con otros y nacen de
nuestra interacción con el mundo físico. Algunos ejemplos serian: “estatus alto”, “cuesta abajo”, “alta
fidelidad”, “levantar el ánimo”, “tener un bajón”, “amanecer con el pie
izquierdo”... Las metáforas
ontológicas son las que categorizan un fenómeno de forma peculiar mediante
su consideración como entidad, sustancia o individuo, para tornar sus rasgos constitutivos más
concretos y tangibles; por ejemplo: “no cabe en la cabeza de nadie”, “tener algo
en mente”, “el cerebro humano es un recipiente”... Las metáforas estructurales son aquellas que organizan una actividad o
noción en términos de otra. Se parte de una metáfora central y se generan
nuevas para explicar aspectos parciales, pero que son consistentes con la metáfora
central, por ejemplo: “se puede perder el hilo”, “este argumento
está bien tramado”, “se atan cabos”, “el cuento tiene un nudo y un desenlace”...
Por otro lado, podemos hablar de metáforas vivas y metáforas muertas.
Las metáforas vivas, no ocultan en
ningún momento la analogía que las hace posibles. Por su lado, las metáforas muertas aparecerían ya como
conceptos definidos, y no como metáforas como tal, se olvida la analogía
inicial.
Desde otra perspectiva también existen las metáforas que contemplan el
tipo de analogía entre el elemento de origen y de destino. Se distinguen cuatro
variedades:
- Entre seres animados: “esa mujer es una zorra”, “ese hombre es un perro”.
- Entre cosas inanimadas: “la cumbre del poder”, “la nave del estado”.
- De lo inanimado a lo animado: “la familia es el pilar de la sociedad”.
- De lo animado a lo inanimado: “el gusanillo de la conciencia”.
La película “Big Fish” (2003, Tim Burton)
maneja múltiples elementos simbólicos, como la metáfora, con el objetivo de
establecer una crítica constructiva ante la perspectiva que adoptan las
personas sobre sus futuros y sus sueños. En el vídeo se explica un poco la
metáfora del pez dentro de la pecera o nadando en el río. Esta película está
altamente cargada de metáforas, y muchas de ellas relacionadas con peces, pero
lo siguiente es sólo un análisis del pez con respecto a su entorno y la
metáfora que hay en esta analogía.
Alejandra Ameliach Hernández
Silvia Zapater Moreno
Muy buen post. Riguroso, informado, bien escrito
ResponderEliminarEs curiosos descubrir cómo una película que concibes como ficción pueda tener en el fondo un contexto más profundo. Haber incluido en el vídeo primero las escenas y luego la explicación de la metáfora lo ha hecho mucho más fácil de entender y asimilar. El texto está muy bien redactado y explicado.
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