Publicidad e información han estado ligadas desde que el periodismo necesitó de un soporte financiero con el que ir creciendo poco a poco. Los medios han sido y son un gran escaparate en el que grandes anunciantes dejan enormes cantidades de dinero para mostrar sus productos. Últimamente, Televisión Española (TVE) que había retirado la publicidad en el año 2009 de sus cadenas, ha vuelto a plantear este año al gobierno que se vuelva a emitir publicidad viendo el crecimiento de los grupos Mediaset y Atresmedia. En los últimos años, los anunciantes que tenían un espacio reservado en las pausas de los programas han decido introducirse dentro de los propios programas, como es el caso de Deportes Cuatro en donde los presentadores aprovechan, entre noticia y noticia, para hablar de algún producto de un anunciante determinado.
Todo esto nos ha llevado a
plantear cómo ha llegado el peso de la publicidad a ocupar espacios que en
teoría están únicamente destinados a informar, y si esto ha conducido a que se
sobrepasen los límites y se llegue a hacer de manera descarada.
De la publicidad de antes a la
publicidad de ahora
La publicidad ha
experimentado un gran cambio desde finales del S.XX y principios del S. XXI
hasta la actualidad. Si en un principio, durante los años 50 y 60 se
caracterizaba por la pragmática para dar a conocer los productos y venderlos, a
partir de los años 70 se produce un pequeño cambio que consiste en la
diferenciación del producto ante la competencia. Sin embargo, el punto de
inflexión en el concepto de publicidad se produce a partir de los años 80,
cuando se imponen las marcas por encima de todo y nos intentan transmitir
valores a través de sus productos. Este salto cualitativo supone dar un paso más
para subir ese último peldaño y descubrir el panorama publicitario que tenemos
en la actualidad. Es decir, una vez que esta se centra en llegar al demandante
por medio de los sentimientos y las emociones, quiere dar un paso más para, ya
no solo conmover y atraer al público potencial, sino para hacer que este se sienta
partícipe y comparta estos valores con la marca anunciante. Un público “objetivo”,
devaluado, al que se le trata como sujeto en el proceso de marketing empresarial,
pasándose a denominar target
publicitario. Por lo que en la actualidad, la publicidad ha pasado de ser un
medio para convertirse en un fin en sí mismo.
En este sentido, una de los
formatos publicitarios reinantes en el mundo de la televisión es el bartering, <<un anglicismo que hace referencia al sistema de intercambio
publicitario mediante el cual una cadena de televisión cede parte de su tiempo de
aire publicitario a un anunciante, a cambio de que éste le proporcione un
programa ya producido. En el tiempo de aire cedido, el anunciante únicamente
puede insertar publicidad propia. >> [1]
Además, dentro del espacio
televisivo resaltan también dos estilos publicitarios, que darán pie al
anterior formato en la diferenciación que hace Richard Wakefield (1996) en su
catálogo de estilos publicitarios:
- Estilo testimonial: una persona
famosa o experto en la materia que explica el beneficio del producto o sus
experiencias en él.
- Estilo presentador: la persona
famosa o experto en la materia que ejerce de presentador, emitiendo un discurso
en el que indica que está claramente implicado con él.
Una vez entendido hasta qué punto
ha evolucionado la publicidad desde su enfoque teórico, pasaremos a ilustrar los
ejemplos. Aquellos que nos plantean el dilema ético de hasta qué punto está
dispuesta a llegar la empresa informativa para aceptar la publicidad en los
medios de comunicación como fuente de financiación.
Ética Vs. Marketing
A estas alturas no cabe ninguna
duda de que la mezcla de información y publicidad es un hecho, una realidad. En
cada programa de televisión la publicidad ha invadido el espacio televisivo,
que se le presupone al propio programa,
para vender un producto mediante sus presentadores o protagonistas combinando
los dos estilos anteriores. Pasando de menor a mayor orden de importancia se
han ido colando en programas sociales o deportivos hasta llegar a los
informativos de televisión.
Se camuflan intentando integrarse
en los temas a tratar por el programa o el informativo como si fuese cuestión
de gustos estar informado o no, en vez de una necesidad. Como si la gente que
quisiera estar informada sobre deporte le importase llevar una determinada
marca deportiva. Como por ejemplo Manu Sánchez anunciando en Antena 3 las
Reebok Zigtech para un público “objetivo” como dicen, pero que cada vez está
más determinado por temas y secciones, o ‘Los Manolos’ anunciando maquinillas
de afeitar en Deportes Cuatro, que incluso ya puede considerarse traspasar las
barreras y calificarse como algo sexista.
Ganadores del desafío gillette fusion proglide: Deportes Cuatro (No se puede insertar vídeo):http://www.youtube.com/watch?v=2Qo11brIRGE
Nos lo venden también
aprovechando programas deportivos de máxima audiencia para intentar promocionar
otro programa de la misma empresa informativa y lograr que el target se una un día más a la cadena de
televisión. Como es el caso de la Final de Copa de S.M. el Rey entre Barcelona
y Real Madrid para promocionar el programa MasterChef que se emitiría una
semana después. En este caso llevó a que un espectador se lo tomara con humor y creara este cartel.
Hasta ahora nos hemos centrado
exclusivamente en la televisión, pero no nos olvidemos de que este fenómeno de
expansión publicitaria traspasa todos los ámbitos y barreras de los medios informativos,
ya sea en radio con Pepe Domingo Castaño anunciando el Ron Arehucas en Tiempo
de Juego o simplemente cualquier ciudadano de a pie al salir a la calle y
encontrarse con anuncios publicitarios por cualquier parte. Se habla del exceso
de información, pero ¿no será más bien que
tenemos exceso de publicidad y falta de información?
Pepe Domingo Castaño: Anuncios 'Tiempos de juego':
Pepe Domingo Castaño: Anuncios 'Tiempos de juego':
Lo cierto es que la información
se ha puesto al servicio de la publicidad y las empresas informativas. En
palabras, a modo de advertencia, de un gran periodista como fue Edward R.
Murrow (1908-1965) cuando todo este
tinglado se armó y se impuso el negocio sobre cualquier ética o códigos
deontológicos:
“Somos una sociedad opulenta, acomodada y autocomplaciente. Adolecemos
de una alergia innata a la información que nos perturba, los medios son un
reflejo de esta situación. Como no dejemos de considerarlos un negocio y no
reconozcamos que la televisión está enfocada básicamente a distraernos,
engañarnos, entretenernos y aislarnos, la televisión y los que la financian,
los que la ven y los que la producen, podrían percatarse del error demasiado
tarde.” [2]
Consecuencias de la publicidad en
la actualidad: La noria cierra por falta de anunciantes
Sin duda alguna, el caso de este
espacio televisivo nos mostró claramente la importancia de la publicidad en
cualquier medio. En este caso, el 29 de octubre de 2011, 'La Noria', programa
presentado por Jordi González, decidió entrevistar a la madre de 'El Cuco', uno
de los condenados por el asesinato de Marta del Castillo. Este hecho llevó a
que el bloguero y periodista Pablo Herrero criticara en su blog 'Comunicación se llama el juego' dicha entrevista. En ese post, que llevaba por título:
'Estas son las marca que patrocinaron a la madre de un criminal', se publicó un
listado de anunciantes, los cuales aparecieron durante el desarrollo de dicha
entrevista, entre los que se encontraban Renfe, L'Oréal o Donuts.
El post fue rápidamente difundido
por las redes sociales como Twitter o Facebook llegando a tener una repercusión
que el programa de Telecinco no podía imaginar. Fue entonces cuando los
anunciantes decidieron retirar toda su publicidad de este espacio televisivo
obligando al programa de Jordi González a cancelarse, al fin de emisión, a
cruzar el límite para terminar con un programa televisivo.
En conclusión, la publicidad ha
comenzando a evolucionar de una manera que la está llevando a ocupar espacios
que nunca antes habíamos visto en los medios. Sin embargo, prever un futuro en
el que los propios medios denieguen este exceso de publicidad en favor de la
información se ve aún muy lejano, y solo la presión social podría acabar con
ello.
Juan Carlos Tato Campos
Álvaro Ballesteros Martínez
Periodismo 2ºH
[1] Diccionario LID de Marketing Directo e Interactivo (1999-2014),
Madrid (España). “Concepto de ‘bartering’”.
Fecha de consulta 26/04/2014. Documento en línea: http://www.marketingdirecto.com/diccionario-marketing-publicidad-comunicacion-nuevas-tecnologias/bartering-2/
[2] Warner Independent Pictures (WIP). Buenas noches y buena suerte (2005). Dir. George Clooney, Dur.
93min. Producción EEUU. Documento filmográfico. Fecha de consulta 26/04/2014.
MARTIN, María Isabel; ALAVARDO, María Cruz (Coord.) “Nuevas
tendencias en la publicidad del siglo XX”. Comunicación
Social Ediciones y Publicaciones (2007), Sevilla-Zamora (España), 1ª
Edición, colección Publicidad. Fecha de consulta 26/04/2014. Documento en
línea: http://eprints.ucm.es/7051/1/Segovia._Nuevastendenciasenlapublicidad.pdf
BENAVIDES, Juan. “La investigación en comunicación y
publicidad: nuevos temas y problemas”. Questiones
publicitarias: revista internacional de comunicación y publicidad, Nº. 17,
2012, págs. 71-93. Universidad Complutense de Madrid (España). Fecha de
consulta 26/04/2014. Documento en línea: http://www.maecei.es/pdf/n17/articulos/A5_La_investigacion_en_comunicacion_y_publicidad-nuevos_temas_y_problemas.pdf
Está claro que acontecimientos como el mencionado en vuestra entrada, referente a la final de Copa del Rey disputada recientemente, llegan a ser excesivamente pesados (podría decir que incluso vomitivos). ¿Qué necesidad tenemos los españoles, que no dejamos de ser los que financiamos con nuestros impuestos a la cadena en cuestión (TVE), de ser bombardeados durante las casi 2 horas de retransmisión con publicidad de relleno sobre un programa que, si de verdad nos interesara, ya nos habríamos ocupado por cuenta propia de saber que día se emitía?
ResponderEliminarA lo que voy es que, al aficionado al fútbol de a pie, que paga religiosamente sus impuestos, ¿de verdad es lícito avasallarlo continuamente con un contenido, seguramente, carente de interés? Por no mencionar la de fobias que el cacareado programa habrá levantado entre los aficionados más agitados por la situación del partido de aquel día...
Supongo que lo que nos queda a nosotros, los espectadores, los que recibimos la "información" de una televisión pública como la que tenemos, es silenciar el volumen de la tele y encender el de la radio... Aunque no, pensándolo mejor, y viendo ejemplos como el expuesto en vuestro texto, quizás lo mejor sea reunirse con unos cuantos amigos y verlo en silencio, por lo menos así nadie tendrá motivos extradeportivos por los que terminar de ver el partido un tanto alterado.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEs verdad lo que comentas, pero el problema también está en que sin esa publicidad con la que nos avasallan, no se podría emitir ese partido o programa en cuestión. Aún así como bien dices, en casos como la retransmisión de un partido de fútbol lo mejor sería silenciar el volumen de la tele y disfrutarlo en buena compañía, antes que los comentaristas relacionen una parada de Iker Casillas con la seguridad que le da su nuevo champú H&S. Es una lástima, pero la realidad es que poco a poco la publicidad va ganando terreno en estos espacios sin que nadie haga nada al respecto.
EliminarYo veo el asunto más sangrante en la radio, a veces es imposible saber si el partido se está jugando porque la publicidad engulle todo el tiempo, y termina marcando el estilo tabernario de programas como Carrusel deportivo y sus secuales. habría que cuestionar si lo que hace alguien como Pepe Domingo CXastaño puede ser calificado de periodismo
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