martes, 29 de abril de 2014

Ficción y realidad: ¿Cuál es la barrera?




Centrándonos en la pregunta que se nos planteaba a la hora de escribir este texto (¿cómo podemos separar la ficción de la realidad en la era de la información?), la respuesta no termina de poder darse con una sentencia totalmente firme y clara. Es decir, parece claro que el problema endémico en todo esto es el ansia de los medios por publicar primero que el vecino, la inmediatez que los lleva a boca de todos, y que consecuentemente reportará en publicidad gratuita y mayores ingresos. Si yo publico una “exclusiva”, sea cierta o no, se va a hablar de mí, por lo que voy a vender más. A fin de cuentas, en los tiempos que corren, ¿que son los medios de comunicación sino un negocio más?
Esto nos lleva a echar la vista atrás, hacia los valores más primitivos de lo que el periodismo debería ser. Según la UNESCO, hay nueve principios básicos que todo periodista debería cumplir:
1)      El derecho del pueblo a una información verídica
2)      Adhesión del periodista a una realidad objetiva
3)      La responsabilidad social del periodista
4)      La integridad profesional del periodista
5)      Acceso y participación del público
6)      Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre
7)      Respeto del interés público
8)      Respeto de los valores universales y la diversidad de culturas
9)      La eliminación de la guerra y de otras grandes plagas a las que la humanidad está confrontada
Por lo tanto, si yo, como periodista, decido arriesgarme a publicar una noticia que no sé si tiene o no veracidad, estoy poniendo en juego desde el “derecho del pueblo a una información verídica”, hasta la “responsabilidad social del periodista”, pasando por la “integridad profesional del periodista”. Dicho así, no parece más que saltarse un puñado de normas morales que todo miembro del oficio periodístico debería luchar por cumplir. El problema viene cuando nos damos cuenta de la repercusión que puede tener un hecho como el señalado. Lo veremos en los ejemplos de un poco más abajo: las grandes masas están sujetas a la información que los principales medios les proporcionan, y cuando esta no es verídica, el pueblo no tiene medios para contrastarla.
Como venimos comentando, herramientas como Twitter no ayudan precisamente a que la veracidad prime sobre la inmediatez a la hora de tratar noticias. El emergente “periodismo ciudadano” (movimiento periodístico en el que son los propios ciudadanos quienes se convierten en informadores) ha acortado los plazos en el tratamiento de la información, haciendo que, si un medio no lo publica “al momento”, vaya a haber alguien que lo haga por cuenta propia, haciendo que los medios que lo publiquen posteriormente vayan ya “a la cola”. Esto está dañando al periodismo actual, básicamente, porque está forzando a los medios a publicar noticias que no han tenido tiempo de ser contrastadas por más de una fuente fiable, es decir, noticias que corren el riesgo de ser ficticias, pero que son sacadas a la luz por miedo a que otro medio lo haga antes y se cuelgue el cartel de “aquí lo dijimos primero”.Por poner un ejemplo reciente: en un accidente ferroviario como el del pasado 24 de julio en Santiago, cualquier ciudadano de a pie que se encuentre en la zona podrá publicar en su cuenta de Twitter lo que ha ocurrido de manera breve, incluso podrá adjuntar alguna foto hecha con su teléfono móvil. ¿Qué hacen muchos medios? Una vez ven uno, dos, o tres tweets similares, publican. Debido a esto, venimos viendo numerosos “patinazos” (especialmente en medios digitales), ya sea por noticias que no eran lo que parecían, o simplemente por bromas organizadas en algunos foros de internet.
¿Qué puede hacer entonces el ciudadano medio para saber si puede fiarse de una noticia que ve publicada en un medio de cierta importancia? Lo más apropiado, creemos, es:
1.      Esperar a que más de un medio se haga eco de dicha información, especialmente los más destacados y, supuestamente, fiables, además de confiar en que la información haya sido concienzudamente contrastada y verificada por más de una fuente fiable y cercana a la noticia.
2.      Las confirmaciones oficiales son la guinda al pastel de la noticia, lo que, en el 99% de los casos, nos puede permitir estar seguros de que lo que tenemos frente a nuestros ojos, es realmente lo que está pasando.
3.      Evitar dejarnos llevar por la fugacidad que redes sociales como Twitter prestan a la información.
4.      Si hay que dejarse llevar por la emoción del momento y confiar en una exclusiva, mejor de un periodista reputado y con una buena cartera de fuentes, que nos suela proporcionar información verídica y de calidad, que de un becario de un medio sin mucha repercusión.



Pasado y presente
La mezcla de ficción e información no es algo actual, y hace años que se demostró el gran poder que tienen los medios. Seguro que todos recordareis el caso de “Operación Palace”, un programa emitido en La Sexta en el que se analizaba una teoría sobre el golpe de estado del año 1981 con testimonios de personas que participaron en él. Al finalizar el programa se comunicó a los espectadores que todo era mentira. Esto creó un gran revuelo, y mucha gente criticó a Jordi Évole por la creación de este programa. Sin embargo, lo único que quiso hacer el famoso presentador fue demostrar que las personas nos creemos todo lo que dicen los medios:
  


Pues bien, en el año 1938, Orson Welles, un conocido actor estadounidense, adaptó el libro de H.G. Welles “La Guerra de los Mundos” al formato de un noticiario, y lo retransmitió a través de la radio. El programa empezaba así: “Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45P.M. y las 9:20P.M”. Después de este programa cundió el pánico en Nueva York y Nueva Jersey, y se demostró el gran poder que ya tenían los medios de comunicación de masas a principios del siglo pasado:


Los reyes de la especulación: La prensa deportiva
Si hay algo que caracteriza a los medios de carácter deportivo es la búsqueda de rumores y su publicación como exclusivas. En la búsqueda de ser los primeros en publicar algo creen lo primero que ven, para luego poder utilizar el ya famosísimo “Como ya adelantó Marca (o cualquier otro periódico deportivo)”. Sobre todo destaca el caso de los fichajes, que nos amenizan todos los veranos con rumores de idas y venidas, portadas con fotomontajes y falsas confirmaciones oficiales. Por supuesto, muchos de estos rumores nunca llegan a confirmarse, y dan lugar a portadas tan curiosas como estas:




Uno de los casos más sonados

El jueves 24 de enero de 2013, “El País”, uno de los periódicos más importantes de España, publicó en su portada una imagen en la que se veía a un supuesto presidente Chávez siendo tratado de la grave enfermedad que sufría. A las pocas horas descubrieron que la imagen era totalmente falsa, por loque se paralizó la distribución del periódico, que no se pudo encontrar en muchas partes de España. La foto había sido suministrada por la agencia Gtres Online, y sin más confirmación los directores del periódico la dieron por buena. Después de eliminar la imagen el periódico tuvo que publicar un comunicado que acababa de la siguiente manera: “EL PAÍS pide disculpas a sus lectores por el perjuicio causado. El diario ha abierto una investigación para determinar las circunstancias de lo sucedido y los errores que se hayan podido cometer en la verificación de la fotografía. Gtres Onilne es una agencia gráfica con la que EL PAÍS trabaja desde hace varios años y que representa en España a otras agencias internacionales”. Como se ve en este párrafo la responsabilidad del error fue adjudicada a la agencia, y no a ellos mismos, cuando deberían haber confirmado la veracidad de la foto como se hace con cualquier información que llega a la redacción.





Conclusión
Desde que existen los medios se ha mezclado la información con la ficción. Algunas veces (como el caso de Orson Welles) con intención de entretener, y otras con intención de engañar a la gente y conseguir un público que de por sí no tendrían o por desinformación de los propios profesionales. Estas son las ocasiones en las que se debería respetar tanto al público como a la ética que tiene que tener un buen periodista, analizar más en profundidad lo que se publica y confirmar que toda la información es veraz. Actualmente los medios son un negocio, pero que está compuesto por profesionales en los que deben primar los valores profesionales ante cualquier intención de lucro o poder.

Fuentes:
 


Alejandro Díaz-Agero Castañón
Iván de la Morena Maza
2º H



9 comentarios:

  1. Con la aplicación de las nuevas tecnologías a los diferentes tipos de medios de comunicación, se entiende que deberían haber mejorado en cuanto a calidad y profesionalización, pero su mal uso o la poca capacidad que estos medios han demostrado a la hora de adaptarse a ellas, hacen que se replantee entre la sociedad el papel que tiene la profesión periodística. Los ejemplos que se han puesto sobre la foto de Chávez en El País y los artículos en la prensa deportiva, son los mejores para definir el cambio que se ha ido experimentando en el periodismo al prestarse más atención a la inmediatez, al morbo de la noticia o a las especulaciones que se dan.

    Ya desde sus inicios, y al igual que pasó con la prensa anteriormente y la radio, la televisión nació con un fin informativo pero con diferentes intereses entre las empresas y gobiernos, ya que los 3 medios sirvieron como el mejor sistema de propaganda. Todo lo que salía en ellos se daba por verdadero; y aquello que no se encontrara entre sus páginas o programaciones, para la sociedad, no había sucedido.

    Los errores que se pueden dar no solo es por la mala aplicación de las nuevas tecnologías en los medios actuales, sino que la falta de recursos y de personal en muchas empresas, también ha ayudado a que muchas veces la información que llega al público no está contrastada o verificada. En otras ocasiones, por “falta” de información, se dan las típicas noticias que no aportan nada nuevo o no son realmente importantes.

    Ainoa Poveda García
    Esther Soler Vázquez
    2º H

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  2. Tanto un periodista como un medio de comunicación deben proporcionar siempre la información lo más cerca posible de la verdad, no pueden arriesgarse a publicar algo que no saben si es cierto por el simple hecho de la inmediatez, de ser el medio más rápido en proporcionar esa información.

    Con esto lo que se provoca es lo que ocurre actualmente, que haya personas que no lleguen a consumir información porque no creen aquello que los medios le están proporcionando. Pero como he dicho la culpa en este caso es de los periodistas y de los medios, puesto que los ciudadanos no tendrían porque plantearse si ese medio que ellos van a consumir le podrá estar engañando o no.

    Juan Fº Moral Castro
    Andrea Morea Ávila
    2ºH

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  3. Está claro, Ainoa, que la sobrecarga de información que vivimos hace que, a su vez, esta sea cada vez más de "cocinado rápido", dejando de lado las bases sobre las que debería asentarse la elaboración de cualquier noticia, como hemos comentado en el artículo.

    Coincidimos también, Juan, en que es completamente injusto para los ciudadanos tener que convivir con esta situación. ¿Estamos realmente (des)informados después de leer un periódico?

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  4. Me ha parecido muy interesante vuestra publicación y estoy de acuerdo con ella en la mayoría de ocasiones. La sociedad en la que vivimos actualmente es una sociedad capitalista, movida solo por intereses lucrativos, y un periódico no deja de ser una empresa. Un periódico busca informar, sí, pero también busca lucrarse por esa información “de calidad”. ¿”De calidad”?, no siempre es así. Una exclusiva es algo muy importante para un medio, puesto que se verá así la supremacía de ese medio por encima del resto. Es cierto que el medio que tenga una exclusiva conseguirá más adeptos y su correspondiente beneficio económico, pero, ¿Preferimos inmediatez o calidad?. Los medios, en mi opinión, se decantan por la primera, pero sin dejar de lado la segunda, aunque a veces se les olvide. Una de las consignas que caracteriza al periodismo profesional es el de refutar la información que tiene en sus manos con varias fuentes. El no hacer eso solo hace que la calidad del medio al que representa el periodista se vea mermada. No asegurar la veracidad de nuestra información es algo que se lo podríamos permitir a un ciudadano corriente, pero no a un periodista profesional. Después de leer un periódico no deberíamos preguntarnos sobre la veracidad de lo leído.
    En estos tiempos prima más entretener que informar. Ejemplo de esto último son programas tipo Punto Pelota. Estos programas tienen mayor número de discusiones en antena que información emitida. Prima entretener, algo perturbador a mi parecer.

    Rubén Rubio Sánchez 2ºC

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    1. Totalmente de acuerdo con tu comentario. Es cierto que el entretenimiento prima sobre la información, sobre todo en la televisión, y como has dicho programas como Punto Pelota lo demuestran. Gracias por tu comentario.

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  5. La prensa deportiva esta claro que especulan mucho sobre lo que ocurre sobre todo el mundo de futbol.Pero es cierto que muchas de estas informaciones son mandandas por los clubes,representantes y entornos de los futbolistas para conseguir renovaciones,desetabalizar,jugar mas partidos o mejoras de contratos.El propio Iniesta reconocio haber tenido contacto el Real Madrid,cuando fueron las elecciones a la presidencia en 2006,ya que uno de los candidatos,Juan Palacios lo tenia cerrado pero al final gano Ramon Calderon quien no los tenia en sus planes,pero si a Kaka o Cristiano que no los trajo y vinieron mucho mas tarde.
    Tambien es verdad que muchos jugadores han negado negociaciones y contacto con clubes y afirman que son inventos de la prensa.
    El mundo del futbol es un terreno muy pantanoso,donde hay muchos intereses por parte de todos en coger un trocito de la tarta,por ello es una tarea muy complicada el establecer lo que es verdad y lo que es mentira.

    Fatima Leal Chaves.
    2ºH.

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    1. Es cierto que algunas informaciones son reales (siguen siendo un medio de comunicación, sería muy grave que todo fuera mentira), pero es verdad que las noticias falsas abundan más en la prensa deportiva que en los otros tipos de prensa, en los que también se da pero no a esos niveles. Como pusimos en nuestra entrada, destacan las noticias de fichajes, que en el caso de que sean dados por los propios jugadores o equipos como tú dices, estos medios deberían confirmar las informaciones para asegurarse de que sean totalmente reales.

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  6. Hay que tener cuidado de no meter en el mismo saco los errores de la prensa con las creaciones que intencionalmente juegan con el lenguaje informativo para desvelar su poder de crear la realidad.

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  7. La prensa deportiva convencional en España es simplemente lamentable, sobretodo en credibildad y contenidos. Cada verano especulan con mas de 20 posibles fichajes para los equipos, normal que alguno acierten. En cambio jamás rectifican las noticias que no se cumplen. Muy interesante el post.

    Xuan Fernández Fernández 2ºD

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