¿Quién no recuerda un periodista asociado a una marca? ¿Es ético esto? En los últimos años se ha producido un boom publicitario a la hora de utilizar periodistas como imagen de una marca. La figura de los periodistas se ha convertido en un activo muy potente, ya que desean asociar el producto a la credibilidad. ¿Qué pasaría si nos engañan con el producto?
Muchos periodistas, como por ejemplo, Susanna Griso anunciando Actimel, Matias Prats con Linea Directa o Manu Carreño como imagen de Gillette, se han sumado a esta tendencia. El caché de un periodista es más barato que el de grandes famosos; sin embargo, deben tener cuidado con la marca a la que se asocian porque pueden dejar en entre dicho su independencia. ¿Cómo emitiría Matias Prats una información negativa sobre Linea Directa? Por ello, la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) pone como ejemplo de incumplimiento del código deontológico este caso.
El artículo 18 del código deontológico del periodista dice: " A fin de no inducir a error o confusión de los usuarios, el periodista esta obligado a realizar una distinción formal y rigurosa entre la información y la publicidad. Por ello, se entiende éticamente incompatible el ejercicio simultáneo de las profesiones periodísticas y publicitarias". A pesar de lo que el código recomienda, no hay una ley estricta que prohíba estas prácticas. Además , la FAPE considera que los periodistas que hacen anuncios con objetivo de lucrarse juegan con su autoridad y también pueden llegar a dañar el prestigio del resto del gremio. En cambio, hay periodistas que se posicionan a favor de que otros comunicadores ofrezcan su imagen a una marca. Este es el caso de Carme Chaparro, la cual argumenta que su credibilidad no se daña, sino que es algo que se gana día a día.
¡Y no solo se utiliza la imagen del periodista en los spots publicitarios! Un ejemplo es el formato considerado menos agresivo e introducido dentro de los programas son las telepromociones. Matias Prats, actual presentador de informativos de Antena 3, fue el primero en presentarse para este formato. A raíz de esto, muchos miembros de la profesión se posicionaron claramente en contra debido a que lo veían como un descrédito. Con el paso de los años, se ha aceptado este formato hasta tal punto de que casi todos los cortes publicitarios cuentan con alguna telepromoción.
Según los estudios, las telepromociones integradas antes de los programas tienen mayor impacto que los anuncios de veinte segundos. Un ejemplo de esto es Thais Villas haciendo una telepromoción del Armario de la Tele antes del Intermedio.
La Ley General Audiovisual de 2012 prohíbe patrocinar y/o anunciar productos en el bloque informativo de interés ciudadano. Esto ha causado un problema para las empresas privadas y debido a esto, han hecho dos bloques informativos. Por un lado estaría el bloque de interés ciudadano y por otro lado, el bloque deportivo donde sí está permitido el patrocinio o la publicidad. Deportes Cuatro surgió tras la división de bloques con Los Manolos. Estos han intentado hasta persuadir a los espectadores para que marquen la casilla del 0,7% de sus impuestos a la Iglesia Católica.
A pesar de todo, hay una gran diferencia entre las cadenas privadas y la cadena estatal para la libertad que se les otorga a los periodista la presencia en spots publicitarios. La cadena privada da total libertad frente a la cadena estatal de España, que ofrece dos opciones: compatibilizar las tareas de publicidad con las tareas de presentador de programas o en otros casos, apartar al periodista en concreto de la pantalla. TVE atiende que se podrá utilizar a sus periodistas siempre y cuando la marca sea aconsejada con razones de prestigio y calidad. ¿Hasta qué punto puede ejercer el servicio público un periodista que se está vendiendo a una empresa privada?
Mari Carmen García Vela protagonizó un caso llamativo. Era la presentadora de Informe Semanal y fue relevada por Baltasar Magro. Su desaparición parece estar relacionada con una campaña publicitaria de una marca de detergentes.
Los presentadores consideran que la puesta en escena es clave. El formato de anuncio que más credibilidad da es el que se asemeja más al formato de telediario como este anuncio de Susanna Griso:
Tras todo lo dicho, concluimos que no es ético que un periodista anuncie un producto. Los espectadores tienen a estos periodistas como un referente de credibilidad que a día de hoy se está viendo muy mermada y esto no creemos que llegue a beneficiar. A pesar de ser algo que se gane día a día como argumentaba Carme Chaparro, el espectador al tener una mala experiencia con la marca, puede no volver a creer en el periodista, puesto que el periodista le ha prometido más de lo que la marca le ha dado. Y lo que es peor, no solo puede dejar de creer en él, sino en la profesión en general. ¿Aceptaríais protagonizar un anuncio de una marca siendo un referente periodístico?
WEBGRAFÍA:
Andrea Cimadevilla Valdeón (2ºD)
Cristina Lobo Díaz (2ºD)
Hola,
ResponderEliminarLa verdad que me han parecido muy interesantes y acertadas las reflexiones que habéis hecho sobre los problemas que puede acarrear que un periodista promocione marcas o productos. Antes de leerme vuestra entrada, pensaba que un problema como es el hecho de que la audiencia pierda la credibilidad en el periodista no podía causarlo el que se promocionase una marca, e incluso pensaba que tanto para la marca como para la propia imagen del informador podría ser favorable. Pero es cierto que si el producto luego no sale como el cliente espera el periodista tiene todas las de perder, como sostiene Carme Chaparro en uno de los últimos ejemplos que habéis puesto.
No obstante, no pienso no sea adecuado del todo que un periodista promocione un producto, pues no tiene por qué entrar en contradicción una cosa con la otra.
Sara Vera Juárez
Hola chicas.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con vuestra conclusión, y respondiendo a vuestra pregunta diría un no rotundo, pero nunca se sabe...
Quizá lo que más rabia me dé no es que un periodista protagonice un spot publicitario, sino que después de los deportes o el tiempo nos vendan un producto o ideología. Y me da igual que hagan tres espacios diferentes entre informativo - deportes - tiempo.
Creo que los anunciantes se aprovechan de la supuesta credibilidad del periodista para que transmita lo mismo su producto, pero evidentemente puede ocurrir la acción contraria. Allá cada uno con su vida profesional.
Yo creo que no es que no sea ético. Que el problema es que si por anunciar algo, como bien habéis dicho por ejemplo en el caso de Matías Prats dejaran de dar una noticia negativa en relación a lo anunciado. Pero eso pasa con cualquier gran empresa o coorporación que patrocine y dé de comer a los medios de comunicación, véase El Corte inglés, por poner un ejemplo. ¿Cuántas noticias negativas se oye de ellos? Por ello el problema no creo que sea tanto que un periodista haga publicidad (yo como espectadora sé que es un anuncio y probablemente ni lo haya usado... pero como cualquier actor/actriz de spots) sino que eso implique una información no veraz, pero ese ya es un problema mayor y del medio de comunicación.
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante el artículo ya que nunca había pensado en ello como una traba más a la hora de informar. Un saldo
Begoña Zabala 2ºC
¿Y qué me decís cuando Mario Picazo (por poner un ejemplo concreto) termina de informarnos del maravilloso tiempo que va a hacer en nuestra ciudad y comienza a anunciar un producto? ¿Y cuando estás viendo un programa y, de repente, el/la presentador/a lo interrumpe para anunciar alguna marca? ¿O que Jorge Javier Vázquez o Ramón Fuentes sean la imagen de Bankia? ¿Dónde queda la credibilidad de estos periodistas cuando anuncian a un banco que ha engañado a la gente?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con vosotras, porque no es plato de buen gusto para el espectador y, además, puede perjudicar a ese periodista. Pero, sin embargo, está tan integrado dentro de la sociedad que apenas nos damos cuenta de ello. Un ejemplo de esto fue en la serie de “El Príncipe” de Telecinco protagonizada por Álex González, Hiba Abouk, José Coronado y Rubén Cortada, en la que a la vuelta de publicidad apareció Lewis, maquillador del producto “Max Factor”. En este caso, en la esquina superior izquierda ponía “Telepromoción”, pero nadie se dio cuenta, porque Telecinco simuló que empezaba la serie como podéis ver en el vídeo a continuación:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinio/gordo-max-factor-3221290
En lo que menos estoy de acuerdo es en que los periodistas se venden a los anunciantes, ya que tal y como afirma Pascual Serrano en su libro “Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo” es más bien al contrario: “los medios […] nos venden a nosotros a las agencias de publicidad. Una cadena de televisión ofrece anuncios de 20 segundos más caro que otra porque tiene tres millones de espectadores frente al millón de la otra”. [1]
Bibliografía
[1] Serrano, Pascual. Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo. Ed. Península, 2009. Página 31.
Coral Ayuso 2ºH
Muchas gracias a todas por vuestros comentarios. Es un tema muy polémico y cada persona tiene su perspectiva sobre el asunto. La verdad es que nosotras hemos enfocado el tema sobre si es ético o no en los periodistas, o más bien en algunos casos en los presentadores de informativos, porque son personas con mucha credibilidad hacia la sociedad. Pero también estamos de acuerdo en el ejemplo que expone Coral sobre Jorge Javier Vázquez anunciando Bankia o las trampas que nos hacen los medios de comunicación como poner en letra minúscula que es una telepromoción sin que la audiencia se de demasiada cuenta. Es más, dudo mucho que muchas personas se fijen en si arriba a la derecha pone telepromoción o no pone nada, simplemente se fijan que se les está vendiendo un producto.
ResponderEliminarUna vez más, muchas gracias a todas por vuestros comentarios.
Hola chicas. Felicitaros primero por la entrada, está muy bien redactada y argumentada y queda muy claro lo que queréis transmitir. Es un tema muy difícil, con muchas interpretaciones y opiniones.
ResponderEliminarRespondiendo a vuestra pregunta, contestaría con un no bastante rotundo, pero nunca nadie puede decir de este agua no beberé. Diría que no básicamente por lo que vosotras misma exponéis, porque si soy imagen de una marca ¿cómo voy a informar de ésta? ¿Dónde se posicionaría la objetividad? Es complicado.
Hola!
ResponderEliminarMás allá del "cómo informar negativamente de Actimel si soy su imagen publicitaria", creo que el debate ético se centra en la utilización que algunos comunicadores (porque ser comunicador o presentador no quiere decir que seamos o hagamos Periodismo) hacen de la credibilidad que forja en el público un medio de comunicación. Es decir, transfieres tu credibilidad a una marca de la que apenas conoces sus "tejemanejes".
Si el Actimel me sabe a rayos no voy a perder la confianza en Susana Griso. Susana Griso perdería mi confianza (si la tuviera) por prestarse al intercambio mercantilista de un valor tan sutil como la credibilidad.
Saludos!
Gabriel Arias
Hola Gabriel,
EliminarEs otra manera de verlo también. Muchas gracias por tu comentario, no lo habíamos pensado desde esa perspectiva y la verdad es que tienes mucha razón en tus argumentos.
Andrea Cimadevilla y Cristina Lobo
EStoy de acuerdo Gabriel. El problema no es solo el posible conflicto de intereses entre mi deber informativo y mi obligación pormocional, sino que cuando hago publicidad pongo en acción un activo que viene de mi trabajo periodístico, a veces pagado por todos.
ResponderEliminarComo se ha señalado, otrom porblema es la confusión de espacios. Si el presentador del porgrama hace promoción de un producto, no está claro es que momento tengo que activar el MARCO informativo y cuando el publicitario. hacer pasar por información lo que es promoción es mentir a los espectadores.
Estupendo post, muy bien sazonado con los argumentos de los códifos de FAPE.