sábado, 26 de abril de 2014

Información vs. Publicidad

Informar es aquella acción a través de la cual una persona da cuenta de algún hecho, evento, acontecimiento, a otra que lo desconoce, es decir, nos pone en conocimiento de alguna noticia. En cambio, la publicidad es una forma de comunicación comercial que intenta incrementar el consumo de un producto o servicio a través de los medios de comunicación y de técnicas de propaganda. Por ello, se podría decir que la información y la publicidad no deberían ir juntas, puesto que si la primera lo que pretende es dar a conocer un hecho veraz, dar a conocer, lo que la segunda pretende es simplemente convencer, convencer de que aquel producto que se pretende vender es el mejor sin ninguna duda.
El dilema que se nos plantea es que la línea que divide a estas dos, información y publicidad, es muy fina. En la actualidad, y gracias a nuestra incorporación a la UE y con ello el hecho de tener que asumir la legalidad comunitaria, este tema está mucho más regulado.
El hecho de que en un informativo no se pueda poner publicidad o la obligación de señalar los Emplazamientos Publicitarios (EP), le sirve al espectador para poder entender que lo que está viendo está libre de publicidad, que no se le pretende engañar y que la información que se le está contando es veraz.

Con lo cual, la ciudadanía debería confiar al cien por cien en el periodista a la hora de recibir la información, puesto que su deber fundamental es descubrir, investigar los hechos para publicarlos de forma fidedigna y verificable. El problema que se nos plantea, no obstante, es cuando estas mismas personas, portadores de la verdad y de la confianza del ciudadano, presta su imagen para la publicidad, aprovechándose de la imagen de credibilidad y veracidad que proporciona el oficio.


Este caso, en de la marca Gallina Blanca y el presentador de informativos Pedro Piqueras, es uno de los más significativos. En este caso se puede ver al presentador dando fe de que dicho producto es 100% natural y poco más de que es el único del mercado. Pero, ¿qué pasaría si se descubriese que dicho caldo contiene X trazas de químicos que son perjudiciales para las personas y causase una importante infección en las personas que lo consumen? P. Piqueras tendría que elegir, dar la información y quedar mal con la marca o callar y quedar mal con sus espectadores. Y aun más, ¿cómo reaccionaría la audiencia a partir de entonces? Gran parte de la población que ve cada noche sus informativos podrían sentirse defraudados y pensar que aquello que el presentador vaya a decir no sería del todo veraz, que está poco menos que comprado. El espectador, al tener una mala experiencia con la marca en cuestión, no solo podría dudar del periodista que ha mentido –o prometido en el anuncio más de lo que la marca ofrecía realmente –, sino que a partir de ese momento, la profesión en general y sus respectivas funciones se verían cuestionadas, y por consiguiente, la información dejaría de ser tan valiosa.
Como habíamos dicho anteriormente, el Emplazamiento Publicitario o Product Placement es una técnica publicitaria que consiste en la inserción de un producto, marca o mensaje dentro del transcurso de un programa mostrado, citado o utilizado por los actores. Quizás el ejemplo más claro o más masivo de empleo de esta técnica sea la serie de televisión El Internado.


En este capítulo de la serie podemos llegar a ver hasta 13 veces el EP y en un solo minuto hasta cuatro. Esto demuestra que la publicidad forma parte de nuestras vidas hoy en día, y toda empresa busca a publicitar sus productos o servicios a través de los medios de comunicación, que son los que mayor capacidad poseen para difundir. La pregunta que nos puede surgir a continuación es la siguiente: ¿Es ético que los periodistas anuncien productos?
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) recoge en su código deontológico, un artículo que dice: “A fin de no inducir a error o confusión de los usuarios, el periodista está obligado a realizar una distinción formal y rigurosa entre la información y la publicidad. Por ello, se entiende éticamente incompatible el ejercicio simultáneo de las profesiones periodísticas y publicitarias".
Asimismo, a principios del 2012, la Ley General de Comunicación Audiovisual limitó la publicidad comercial en los espacios informativos, reportajes y programas de investigación, y reguló el tiempo máximo permitido para patrocinios y telepromociones, haciendo excepción en los eventos deportivos, donde la emisión de anuncios publicitarios sigue estando permitida.

Bajo nuestro punto de vista, el hecho de que un periodista anuncie una marca no es éticamente correcto ya que en este caso un informador es diferente a un simple actor: si un actor se equivoca o miente en cuanto al producto o servicio, solo la marca se verá afectada y asumirá las consecuencias. En cambio, el periodista arriesga no solo el prestigio  de su propia persona sino de la del resto del gremio.
Este es un ejemplo donde Susanna Griso, periodista y presentadora, no solo anuncia un producto, en este caso Actimel, sino que lo hace en el propio plató de televisión recordando su profesión al espectador.



No obstante, a pesar de lo que la FAPE recomienda, algunos periodistas opinan que –dejando de margen los beneficios económicos– son las personas adecuadas para presentar y promocionar un producto, debido a la credibilidad que pueden ofrecer, tan solo por ser un “rostro conocido”, y por defecto, un icono de la veracidad informativa. Asimismo, una empresa siempre va a preferir escoger a una imagen fiable que proporcione seguridad a la hora de comprar el producto, asumiendo por supuesto, los riesgo que esta elección supone.
Lo importante, siempre es conocer el limite entre publicidad e información, respetando en todo momento la ética periodística.

Elena Miralles Espinosa
Isabel Lallemand Ribes

6 comentarios:

  1. Desde mi punto, pienso igual que vosotras. Un periodista no debería participar en la publicidad. Como bien comentáis la publicidad sirve para convencer a un posible consumidor. Creo que Susana Griso o cualquier profesional de la información no debería mezclarse en hacer publicidad porque son personas muy conocidas. Profesionales en los que confían las personas día a día en sus programas y haciendo estos anuncios pueden quedar muy bien o por el contrario muy mal y perder ellos en su trabajo como periodistas. Pienso que un periodista haciendo publicidad es como un engaño a la sociedad porque todos confían en las personas con prestigio y por lo tanto solo beneficia a las empresas productoras de dicho producto.
    Celia Cano Molina.
    2ºH periodismo

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  2. Me parece muy interesante este post.
    Pero me gustaría preguntar, o abrir el debate sobre lo siguiente:
    Los periodistas como tal no deben inmiscuirse en temas de publicidad. Ahora bien, ¿qué ocurre con los 'periodistas callejeros'? No han hecho la carrera la mayoría de ellos y se dedican profesionalmente a él. En este caso, digamos de alguna manera, que van a su aire, ¿entonces ellos pueden mezclar publicidad y periodismo? ¿alguien va a luchar contra eso si ocurre? ¿o realmente pueden hacerlo?
    Saludos
    Natalia Vázquez (periodismo 2ºC)

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  3. Sin duda es un asunto bastante difícil ya que, en principio, son aspectos profesionales distintos. Estoy de acuerdo con la conclusión final de este post, lo importante es saber diferenciar el límite que separa información y publicidad.
    No estoy en contra de que los periodistas presten su imagen para hacer un anuncio publicitario, siempre que sean conscientes y conocedores del producto que están anunciando y sean consecuentes y responsables de ello, y esto entra en la ética de la propia persona.
    Los periodistas elegidos suelen ser presentadores de informativos, no los encargados de informarse y acceder a las noticias, por ello, la credibilidad de un informativo no debería verse afectada

    Mónica Gallego Sánchez (2ºD periodismo)

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  4. Creo que los ejemplos lo dejan claro: mezclar ficción con publicidad o esta con información no hace más que crear confusión. Y se supone que los periodistas trabajamos para aclarar las ideas, dar luz a los hechos, no para meter más bruma a los asuntos

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  6. La relación que existe entre el periodismo y la publicidad es un debate continuo, que en mi opinión tiene una difícil solución. Es cierto que debe existir una clara diferenciación entre ambos ya que sino se estaría incurriendo en un intento de engaño por parte de los presentadores del producto al público. Además , pienso que incluso con esos límites marcados sigue existiendo un intento de manipulación a los espectadores al usar presentadores de informativos como imagen de dichas marcas. Por lo que creo que sería mucho mejor para la imagen de un periodista no introducirse en el mundo de la publicidad, pero bien ¿que periodista se negaría a anunciar un producto ante una suculenta cantidad de dinero por no verse involucrado en este debate? También se podría sacar una ley que no lo permitiese pero ¿seria justo prohibir que un periodista se involucrase en publicidad?

    Aida Fernández Quintás 2ºD

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