domingo, 8 de junio de 2014

SOBRE PLAGIOS



¿Es posible detectar los plagios en la era digital?

Para empezar este artículo y antes de responder a la primera pregunta debemos dejar claro el significado de plagio.
Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) en su versión digital, la acepción plagio significa “acción y efecto de plagiar”, significando el término plagiar “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Una vez quedado claro el significado de plagio, la respuesta a la primera pregunta es un rotundo sí. La creciente globalización, que ha unificado y universalizado gustos, así como la aparición de Internet, no ha evitado que los plagios puedan ser descubiertos. Si bien es cierto que la globalización e Internet (dos términos que van muy unidos) han favorecido la difusión, descubrimiento y aparición de nuevas tendencias y estilos artísticos y culturales, también han mejorado las tecnologías desde hace unos años a esta parte, por lo que el plagio puede seguir siendo descubierto en la actualidad.
Un ejemplo de ello lo encontramos en este artículo de la versión digital del periódico El Correo




http://www.elcorreo.com/alava/20140110/local/busca-diferencias-carnavales-vitoria-201401101812.html



 ¿Dónde empieza la inspiración y donde empieza la copia?

La cuestión es más peliaguda de lo que podría parecer. Como se ha definido al principio de este escrito, plagiar equivale a copiar obras ajenas y darlas como propias. Por ello, podríamos entender que la inspiración empieza cuando, por falta de creatividad, o por simple gusto, se coge una parte sustancial de la obra de otra persona con su permiso o diciendo claramente que ese fragmento no es suyo. La copia consistiría, por tanto, en que ese fragmento copiado no se admita como tal y se venda como propio. Es muy importante destacar que no existe plagio alguno cuando se cita o, cuando el plagio es descubierto y denunciado, la parte plagiada llega a un acuerdo con la parte plagiadora.
Sin embargo es muy cierto lo que se comenta en esta entrada del blog Singulargraphicdesign (http://singulargraphicdesign.wordpress.com/2014/03/11/donde-acaba-la-inspiracion-y-empieza-el-plagio/ )
El blog es de una diseñadora gráfica y, por tanto, pone ejemplos basados en esta profesión. En él indica que a veces se comete un plagio sin que el supuesto plagiador se de cuenta: “¿Es posible hacer esto sin querer? Pues yo pienso que sí, claro que en ese caso no sería plagio, si no coincidencia. Puede que otra persona haya llegado a una conclusión parecida, ¿por qué no? Los recursos gráficos con los que contamos no son ilimitados”
Es una reflexión muy cierta y a tener en cuenta. A veces plagiamos sin nosotros saberlo o por simple criptomnesia, un término que significa que creemos que algo es original y novedoso cuando en realidad ya lo hemos visto antes pero lo hemos olvidado. En los plagios involuntarios y de buena voluntad es muy común la criptomnesia.
Este fenómeno y algunos artistas famosos son recogidos en el siguiente podcast del programa de la Cadena Ser ‘A vivir que son dos días’, donde llama la atención la cantidad de reconocidos artistas que no han podido evitar la sospecha de plagio en su obra:

Un ejemplo todavía más interesante es el que publica la defensora del lector de El País el 7 de febrero del año 2010. En él se muestra cómo el teólogo Juan José Tamayo tuvo sobre sí la sombra de la sospecha de plagio por una necrológica (que escribió sobre el también teólogo Edward Schillebeeckx) idéntica a Wikipedia. Al final, y como puede leerse en el texto, resultó que era la propia Wikipedia quien había copiado del texto de Tamayo, que era el original. Es por ello por lo que hay que andarse con pies de plomo a la hora de acusar a alguien de plagio, pues se puede hacer mucho daño a la reputación de una persona que, en realidad, es una víctima.


¿Ha cambiado nuestra cultura gracias a las herramientas del copiar y pegar?

Se ha estado copiando obras durante toda la historia, por simple impulso de robar un documento y presentarlo. Pero en estos últimos años de Internet, donde el plagio es evidente en casi cualquier entrega de trabajos tanto en escuelas, universidades, e incluso en grandes intelectuales que han realizado plagio sin preocupación, sí se está creando un espíritu de que “se puede aprobar sin hacer nada”, tan sencillo como robárselo a otro y poner el nombre, creando unas mentes perezosas y despreocupadas, lo que a las futuras generaciones también puede perjudicar gravemente cuando la mayoría de la población aparte la inspiración y se dedique al plagio, por todas las ventajas (a corto plazo) que genera. ¿Qué puede enseñar un profesor a las futuras generaciones si ha plagiado durante sus años en la universidad? O ¿te sanará adecuadamente un médico que copió en su prueba del MIR? Lógicamente son casos extremos, pero que debemos evitar que lleguen a producirse.
En nuestra profesión, además, hay que tener una delicadeza especial con este asunto, pues ninguna noticia es igual a otra ni tampoco debe ser contada de la misma manera. Una noticia debe contarse de las máximas formas posible, siempre y cuando no se falte a la verdad ni se manipule, por lo que hay que concienciar (a la gente) y concienciarse (a uno mismo) de que la uniformidad no es válida, y menos en nuestra profesión. Los medios deben contar las noticias de una forma distinta (y siempre veraz) a lo que lo hace la competencia, para tener así una sociedad verdaderamente informada.
Los plagios incluso han llegado incluso a las altas esferas de la política como en estos dos casos en Alemania



Son dos ejemplos que irritan a la opinión pública dado que se pierde la fe en nuestros representantes públicos, pero igual de grave es que un político copiara su tesis doctoral como si lo hiciera un médico, un farmacéutico o un matemático. El plagio adormece las mentes privando a los seres humanos de algo que es muy valioso: las ganas de inventar, de innovar y de progresar. Es por ello que estas prácticas deben ser denunciadas y castigadas. 



En la actualidad, la condena por plagio es la siguiente (Código Penal, página 74, Capítulo XI, Sección 1ª, Artículos 270-271-272):



Sea o no suficiente esa condena, se debe evitar el plagio no por el simple hecho de que así nos evitamos un castigo, sino porque así valoramos el trabajo del compañero y respetamos su esfuerzo y dedicación.


Para finalizar, queríamos dejaros una serie de preguntas para reflexionar y que deben ser respondidas después de ver este monólogo:



¿Son plagios del Canon de Pachelbel las canciones que cita el cómico? En caso afirmativo ¿por qué? Las melodías no son las mismas, solo coinciden en los acordes ¿Es eso suficiente para que sea plagio? En caso negativo a la primera pregunta ¿por qué no? La sucesión de acordes no es inventada, ya ha sido usada. ¿El repetir mucho una creación provoca que ya no sea plagio? ¿Una mentira contada mil veces pasa a ser verdad? 

Bibliografía:




Término “criptomnesia”: http://es.wikipedia.org/wiki/Criptomnesia






Fuente imágenes:
El Correo
bitacoradeescritor.blogspot.com

Guillem Hidalgo Penadés
Adrián Holguín González
2ºD Periodismo

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