La información en sí misma,
no es más que un conjunto de datos ordenados o formados (de ahí el nombre, “dar forma”) que elaboran un mensaje
dirigido a un receptor. La labor de la argumentación se basa en: orientar,
influir y persuadir a dicho receptor sobre una determinada información. Por lo
tanto lo que realmente importa en la comunicación, es el uso que hacemos de esa
información, si nos limitamos a transmitirla sin alterarla, o si por el
contrario, la modificamos para que parezca acorde con unos determinados
objetivos.
Como dijo Shannon: “el
problema fundamental de la comunicación es el de reproducir en un cierto punto,
exacta o aproximadamente, un mensaje seleccionado en otro punto”. ¿Cuál es, la cantidad de información que se nos
muestra de un mensaje y cuál es la que se nos oculta?
En un texto informativo se
pretende dar a conocer una información acerca de un hecho de una forma
objetiva, formal, precisa y correcta. Nada más, en el texto argumentativo, en
cambio, lo importante es que el receptor no permanezca pasivo a la postura
inicial del emisor, llegar a convencerle de una verdad desde un determinado punto de vista para que modifique
su pensamiento o su forma de actuar, o refute dicha opinión. Aparece, por tanto, la
función apelativa en el desarrollo de los argumentos, así como la función
referencial en la parte de exposición de dicha tesis.
Ejemplo de texto informativo (izquierda) y argumentativo (derecha), donde se plasma que una mima información puede tener diferentes usos y formas |
En cuanto a la información
que podemos obtener gracias a los medios de comunicación, debemos de tener en
cuenta el concepto del marco, que es el que establece el límite y nos dicta la
visión y el punto de vista que nos esta dada la información. El marco nos ayuda
a enfocar un tema desde un punto determinado y que ayuda al lector a meterse en
un mundo predeterminado y totalmente construido sin poder modificar nada de su
interior. Un ejemplo práctico de esto lo podemos encontrar cuando nos acercamos
a un quiosco y vemos como los grandes periódicos tienen de portada el mismo
tema, pero distinta noticia, esto se debe a que cada uno ha enfocado la noticia
desde un punto de vista diferente, por lo que dependiendo del medio que
escojamos vamos a poder enmarcar en una u otra realidad la noticia dada ya que
cada uno usará la información que tiene disponible para intentar convencer al
receptor de su punto de vista.
Por eso la marca de un medio
es un signo, es decir algo que nos identifica con una manera de pensar y de
darle sentido a las cosas. Cuando aparece un símbolo que representa una marca,
un medio de comunicación, a todos se nos viene a la cabeza unas características
de ese medio que le define, que le representa y nos muestra sus características
distintivas frente a otros medios. Como decía Pierce, "no se puede pensar sin
hacerlo en signos". El signo se encuentra en lugar del objeto. Tiene que tener
unas cualidades que lo distingan del resto y también a un intérprete que sepa
interpretarlo.
Para ilustrar esto, tenemos un gran ejemplo en la labor del "periodista" Alfonso Merlos de 13Tv. En función de la forma de pensar del individuo, o de la concepción que tenga de la fuente del mensaje, el receptor podrá decidir si tomarse en serio o en broma la información que nos transmite, independientemente de los argumentos que utilice:
Por lo tanto, la información
en sí, no es argumentativa, depende del uso y forma que le de él emisor, así
como del sentido y valoración que le otorgue el receptor mediante su
conocimiento previo tanto del emisor como del contenido del mensaje, y también del ámbito en el que se realice dentro de un determinado marco.
Fuentes:
“Información, la diferencia
que hace diferencia” - Jorge Lozano
“Notas y noticias sobre el marco” – Jorge Lozano
“El rol de los periodistas y su marco ético”- Juan
Jorge Faundes
“Concepción tríadica del signo” - Charles Sanders
Pierce
Autores:
Yago Fernández Montes
Jorge De la Hoz Valcárcel
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