Como expone Aristóteles en su discurso sobre
la retórica “el discurso
reduce su razón de ser a la habilidad que despliega un conferenciante (líder
político) para admirar a su público a la hora de exponer las excelencias de
cualquier tema”. Los discursos políticos que hoy en día vemos se tratan de
discursos deliberativos, es decir, el orador (político en este caso) pretende
aconsejar o disuadir en términos de utilidad.
La persuasión está presente en nuestro día a día. Estamos rodeados
de publicistas, periodistas, diplomáticos, vendedores, etc. incluso nosotros
mismos pretendemos persuadir a quienes nos rodean.
"Toda persuasión es
comunicación, pero no toda comunicación es persuasión". El objetivo de
todas las campañas políticas es la obtención del voto, y para ello intentan
persuadir a los ciudadanos para que voten a cierto candidato o a un partido en
concreto y para llegar a esto, el candidato tiene que influir en las creencias
y actitudes de la persona. Podemos observar que los partidos intentan reforzar
las actitudes de los ciudadanos, y conseguir llevar la actitud deseada para que
sigan su dictado. Por ello se centran en las personas que persiguen sus mismos
ideales, ya que las actitudes de cada individuo son relativamente estables y
son difíciles de cambiar.
En el libro de "Marketing
político" de Lourdes Martín Salgado, plantean si las campañas proporcionan
información y afirma que las campañas proporcionan información, pero que solo
hay un tipo de información: la que es útil para persuadir. Como bien hemos
dicho las campañas persiguen un único objetivo, y es ganar las elecciones.
Como dos grandes ejemplos de
comunicadores tenemos a Ronald Reagan y Bill Clinton. Cuando ambos accedieron al cargo,
entraron con bajos índices de popularidad. La prensa que hacían hacía ellos no
era buena, y por tanto decidieron dirigirse directamente a los ciudadanos,
prescindiendo de los tradicionales intermediarios. El presidente Reagan tuvo la
capacidad de persuadir y gustar y esto funcionó como un magnifico escudo
protector contra la crítica. Logró mantener durante sus dos mandatos su
popularidad como persona incluso entre sus adversarios políticos y en momentos
como cuando se cuestionaba su presidencia, como en el escándalo del Irán-Contra.
Estos dos comunicadores supieron
ganarse a los ciudadanos utilizando siempre el optimismo, la sencillez o la
simplicidad como el método más eficaz.
Al analizar la persuasión en las campañas
electorales hay que prestar mucha atención al electorado, a los potenciales
votantes y el auditorio al que el candidato intenta persuadir. Por mucho que un
programa electoral sea claro y definido a la hora de comunicarlo necesitan
buscar una estrategia y unos mensajes distintos según a quien nos estemos
dirigiendo.
En el caso del actual líder de masas Pablo
Iglesias, a través de su discurso tanto en radio, prensa y televisión,
especialmente en esta última, ha sabido llegar a los ciudadanos.
Como bien es conocido, Pablo Iglesias y su grupo político
basan su campaña en lo que todo ciudadano querría para su Estado, un gobierno
que busca la “igualdad, fraternidad, recuperación económica, etc.”
El líder de Podemos ha conseguido un pequeño cambio en el
sistema político utilizando argumentos del tipo, “eliminar la casta política”
que domina a España PP y PSOE, “eliminar las privatizaciones de servicios
públicos”, etc., es decir, se escuda en argumentos que los ciudadanos quieren
escuchar y que están esperando.
Una buena forma de hacer llegar un discurso a la audiencia es
intervenir en los principales medios de comunicación en las horas Premium,
donde el discurso persuasorio del orador va a llegar a un número mayor. Pablo
Iglesias ha sabido llegar a esta utilizando a través de sus intervenciones
argumentos que el pueblo quiere escuchar, se puede decir que en términos de
argumentación, persuasión y convicción ha utilizado un tipo de discurso
parecido a los grandes oradores políticos de la historia, como es el caso de
Ernesto Guevara (CHE):
¿Ha sabido identificarse con la sociedad? ¿Ha conseguido
cambiar un sistema democrático en el que solo existían dos tipos de partidos?
Se sustituye la argumentación por la seducción utilizando
programas electorales en los que se promete cambiar el curso político de un
Estado:
Bibliografía
MARTÍN SALGADO, Lourdes. Marketing
político. Arte y ciencia de la persuasión en democracia. (ed.lit). 2ª
edición. Barcelona: Ediciones Paídos Ibérica, S.A. 283 p. ISBN: 84-483-1238-8
Pablo Bisio Invernizzi
Tatiana Klein
2ºC Periodismo
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