¿Tienden
a mezclarse la publicidad y la información? ¿Están siempre unidas
publicidad e
información?
Parece ser que esas pregunta la obviamos, ya que es prácticamente
imposible consultar algún medio de información sin que te ataquen
con una buena dosis de publicidad.
Asumimos
que la publicidad y la información tienden a mezclarse, por lo menos
desde que la gente de nuestra edad (20 años más o menos) tenemos
conciencia.
Vamos
por partes. En la prensa, que tiene menos tirón ahora que hace unos
años debido al enorme crecimiento de Internet, hay publicidad en
casi todas las páginas que componen el periódico, algunas de ellas
ni siquiera tienen un mínimo de información, la página entera es
publicidad. En la
radio pasa lo mismo: 15 minutos de programa y luego 2 ó 3 de
publicidad.
Y
últimamente en los informativos de televisión también nos atacan
con publicidad a raudales, incluso son los mismos periodistas los que
fichan por las empresas que se patrocinan: que si Matías Prats está
muy seguro con Línea Directa, que si Los Manolos ligan más porque
usan las cuchillas Gillette… ¿Es esto ético?
A continuación vemos a Matías Prats en uno de sus anuncios de Línea Directa.
Por
supuesto, publicidad e información están inevitablemente mezcladas,
y nosotros estamos acostumbrados a ella. Ciertamente resultaría muy
extraño oír la radio o ver la televisión sin publicidad. Aunque a
veces sea molesto puede que nuestro subconsciente necesite algo de
publicidad.
Llegados a este punto es necesario hacernos la siguiente cuestión ¿es ético y moral combinar la información con la publicidad?
Acerca
de este creciente problema podemos ver las opiniones de algunos
expertos, como el profesor de la Universidad de Málaga Bernardo Díaz
Nosty: "los periodistas o supuestos periodistas que trasladan su
credibilidad a un producto comercial incurren en la degradación más
absoluta que puede alcanzar la profesión periodística".
La
periodista Nativel Preciado no es tan dura con este tema, pero
también lo ve con malos ojos: "La última oferta que he
desechado es de una marca de coñac.
Es mucho dinero lo que te
ofrecen, la tentación te llega" Es muy difícil oponerse a esa
suma de dinero, por eso muchos periodistas acceden a dar publicidad.
Por otra parte la
Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la
Asociación de Prensa de Madrid (APM) explican que hay un creciente
nivel de publicidad anunciados por periodistas y que los medios están
haciendo caso omiso al código deontológico de la profesión.
Pues bien está a la orden del día y es
evidente que las empresas quieran publicitarse y más aún en medios
donde la gente los ve a diario (véase televisión, radio
internet...) pero no por ello se debería hacer a cualquier precio.
Al espectador, lo que de verdad le interesa es la información, casi
nunca va a querer que le mezclen la publicidad entre medias de la
información.
Vemos así un gran ejemplo en el
programa que dirige Josep Pedrerol el Chiringuito de Jugones,
anteriormente conocido como Punto Pelota. En él la publicidad es muy
abundante y hasta puede llegar a cansar al espectador. Nos
encontramos pues con anuncios publicitarios de Danacol, de la
actualmente de moda casa de apuestas Sportium pero sin duda en el que
más énfasis se pone es en el de las maquinillas Wilkinson, liderado
principalmente por el colaborador Nacho Peña. Vamos a verlo en su
versión Punto Pelota.
Aunque digamos todo esto de que no
está bien mezclarlo, y que no es ético, es algo que va a ser muy
complicado de frenar y erradicar dado a que si hay dinero de por
medio, la norma del Código Ético de los periodistas referida a no
mezclar ambos ámbitos, se va a ver pisoteada.
Y va a ser complicado puesto que es
un hecho el que la publicidad está sobrepasando los límites. Un
artículo de Íñigo Keller sobre los límites de la publicidad nos
da que pensar en ello. En él se refiere al cambio constante de
nombre que se le está dando a la parada de metro Sol, que pasó por
las manos de Vodafone y que actualmente es conocida como Sol Galaxy
Note.
Como él dice, es la primera vez que
en España se transforma el nombre de una parada de metro con fines
publicitarios. Llega a citar a un profesor de Publicidad llamado
Mateo Fernández, el cual alude a este tipo de publicidad como "publicidad intrusiva" asegurando que este tipo de práctica ha sido
favorecida por la crisis y la necesidad de ingresos pero que la
regulación en estos temas debería ser menos permisiva.
Y en efecto esto es así, dado que
según Pablo Cavero, Consejero de Transportes e Infraestructura, se
ha realizado la transformación del nombre "con el fin de buscar otras vías de ingreso". Esto puede parecernos bien o no, lo que sí es
cierto es que se trata de una de las paradas con más viajeros de la
comunidad y que a los ciudadanos no les parecerá bien que un lugar
transitado por tanta gente cambie la estética de su nombre tantas
veces sólo con el fin de publicitarse puesto que a nosotros los
ciudadanos nos costará más reconocer el nombre de esta estación,
como si se tratase de una página web llena de contenido informativo
la cual hace que veamos con dificultad la información que estamos
buscando. Son sin duda aspectos que se contraponen a la ética
informativa y sobre todo a los intereses de la gente.
Bien todos estos elementos acarrean ciertos problemas. La cantidad de publicidad y la forma de mostrarla debe estar moderada para el bien del que se informa y también para el medio. La excesiva publicidad puede hacer que el público deje de informarse en ese medio o que lo vea con una actitud negativa. Un buen ejemplo es la radio: cuando se pasan de publicidad es muy fácil cambiar de emisora y no volver a la que se estaba oyendo en un principio. Con la televisión no ocurre exactamente lo mismo: los informativos suelen ser a la misma hora y con poca publicidad. Si hay un programa exclusivo de una cadena no van a cambiar a otro canal, ya que esa información la dan sólo ahí.
El
periodista que se vende a las marcas también puede ganarse una
visión general negativa hacia su persona. El hecho de publicitar su
producto mientras da noticias hace que pierda la objetividad. Hay
gente que no lo ve con buenos ojos.
Un ejemplo muy bueno de esto es el
que se dio durante la Super Bowl de 2010, mientras la narraban los de
la Cadena Ser estando borrachos. El periodista Jorge Hevia tenía que
anunciar las encimeras Silestone y comenzó a decir que eran de
pésima calidad. El director de la Ser fue despedido y con él se fue
todo el equipo. Más tarde ficharon por la Cope.
Ahora para finalizar vamos a abordar
otras dos cuestiones que son interesantes de destacar.
¿Cómo se insertan las marcas
en la ficción o en la información?
Publicidad
e información siempre han estado muy relacionadas pese a ser dos
campos bien distintos. Esta complicidad es conocida como publicidad
por emplazamiento, que consiste en la inserción de un producto,
marca o mensaje dentro de un medio audiovisual, especialmente en
películas y series.
Esta
técnica tuvo una gran popularidad en la década de los 80 pero, sin
embargo, cada vez va tomando mayor relevancia en los medios de
comunicación y ocupan, dependiendo del medio en cuestión, una parte
de la franja reservada para el informativo.
La
razón es simple: Los productores han encontrado un nuevo modo de
financiación con el que aumentar los ingresos sacrificando cierta
independencia del mundo informativo.
¿Qué
problema plantea el patrocinio de programas y eventos?
Desde
el punto de vista económico, todo son ventajas en el patrocinio de
programas y eventos, ya que es un modo de financiación en el que el
patrocinador accede a asumir una parte, o en algunos casos la
totalidad, de los gastos a cambio del reconocimiento visual o
publicitario durante la celebración del programa o evento.
Hasta
aquí, todo parecen ventajas pero surge un problema de carácter
ético y moral y es la independencia de los programas y eventos.
Que
una empresa patrocine programas y eventos provoca que dicha
corporación sea imprescindible en la elaboración de los mismos por
su aportación económica. Muchos de estos programas y eventos no
podrían celebrarse por falta de recursos económicos y eso crea una
necesidad de patrocinadores para asumir ciertos gastos.
En los
medios digitales, el tema de la publicidad ha provocado mucha
polémica. Muchos lectores se quejan de las invasivas técnicas de
publicidad que se adhieren a estos medios, por ejemplo, cuando, al
abrir un titular, se ven abordados por anuncios difíciles de ocultar
y que, incluso, enlazan con el portal de la empresa publicitada.
El
Libro de Estilo de El País separa claramente la información, la
opinión y la publicidad, y pone un muro que se debe respetar para
que estos tres términos no se mezclen.
"No
desconozco que, como afirmaba Cervantes de la literatura, tampoco el
periodismo es un oficio sin relación con la necesidad del mundo. Y,
aunque me cueste creerlo, doy por admitido que agredir al lector de
esta manera favorece las ventas de esta y otras novedades
mundiales.
Pero con todo, ¿no podría buscar el periódico una zona de
coexistencia más digna entre el anuncio de una guerra y el de una
cafetera?", sugiere Fernando Soler al abrir la noticia
‘’Washington
alerta
del peligro de una larga guerra civil en Libia’’
en la edición digital de El País en marzo de 2011.
Miguel Martínez Mosqueda
Daniel Peña Miranda
Álvaro Saboya Navarrete
2ºH Periodismo
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:
El País, Defensora del Lector: ‘’El dilema de la publicidad’’, Milagros Pérez Oliva, 3 de abril de 2011.
Publiworld. La Publicidad en los Medios de Comunicación.
El País, Defensora del Lector: ‘’El dilema de la publicidad’’, Milagros Pérez Oliva, 3 de abril de 2011.
Publiworld. La Publicidad en los Medios de Comunicación.
Queremos hacer un inciso aclaratorio: la estación de Sol de Madrid primero fue patrocinada por Galaxy Note y después fue sustituida por Vodafone, al revés de como exponemos en la entrada. Corregimos el error y disculpen las molestias.
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