Los medios, buscando
una nueva forma de encontrar actualidad e inmediatez, se agarran a la labor de
los ciudadanos que actúan como periodistas.
El periodismo ciudadano
es una corriente que viene impulsada por la democratización (posibilidad de todos
los ciudadanos de participar) de Internet y redes sociales. Gracias a estas
herramientas los ciudadanos pueden ser protagonistas de la creación y distribución de todo tipo de
contenidos. Esta nueva situación del periodismo y la información supone un
nuevo paradigma en el mundo periodístico. Los ciudadanos-periodistas no tienen
dependencia respecto a los medios y formatos de prensa que se encargaban del filtrado
y comunicación de la actualidad.
En estos tiempos los
ciudadanos pueden convertirse en canal de difusión de los hechos actuales en
primera persona. Además, los "periodistas no profesionales" disponen de
grabadoras de audio, cámaras de vídeo
y/u ordenadores portátiles que pueden
dar un sentido novedoso al acto de informar. Son las grandes armas de los
periodistas ciudadanos.
En 2007 tuvimos el
primer caso de lo que es el Periodismo Ciudadano. En Birmania, después de que
las revueltas populares se derivaran en la expulsión de los reporteros del país
y la prohibición de grabar en vídeo, un joven de 27 años narró los
acontecimientos en directo con cámaras domésticas y las envió fuera de
Birmania. De esta forma, todos pudimos recibir la información de lo que
sucedía.
Ese es uno de los
encantos de este tipo de información. En un blog de la web de la BBC (en 2013),
se trató el tema. El autor confirmó que ninguna redacción podrá igualar la
amplitud del periodismo ciudadano -tiene usuarios por todos lados y redes
sociales como plataformas de lanzamiento-. El bloguero, reconoce la virtud del
periodismo no profesional, y esa es la inmediatez. Rápidamente los medios se
hacen eco y envían informadores, que recogen todo tipo de información y amplían
la que encontraron en las redes.
Algunos ejemplos, más
que visibles, son el accidente en el aeropuerto de San Francisco, donde las
pocas imágenes de los medios se compensan con una de uno de los pasajeros y una
grabación de un vídeo-aficionado que muestra los aterrizajes. Lo mismo ocurrió
en el accidente de tren en Galicia y en el operativo que dio muerte a Bin
Laden.
(Las únicas imágenes que hay sobre las bombas
de la Maratón de Boston son de vídeo-aficionados)
Pero en estos vídeos
hemos podido comprobar que no se cita en ningún lugar la autoría de dichas
imágenes. Esto da lugar a una discusión: ¿Los medios pueden utilizar
legítimamente las imágenes o archivos que crean los ciudadanos y comparten en
redes sociales? La respuesta la tiene el Columbia's Tow Center for Digital
Media, que realizó un estudio con el objetivo de proporcionar el primer informe
sobre el uso de contenido generado por el usuario en los medios de
comunicación. Este informe viene a reflejar que la mayor parte de los medios no
reconocen que algunas informaciones que utilizan son de gente ajena al
periodismo (el porcentaje de citación de la verdadera fuente es del 16%). Esto
nos muestra que los usuarios de redes sociales son utilizados por la prensa
para controlar la información y utilizarla del modo que prefieran.
(En éste caso la CNN sí que indica quién es el
autor del vídeo del accidente aéreo de San Francisco en la esquina superior
derecha)
Una
de las entrevistas que aportó luz al tema central del estudio, fue la de Mathew
Ingram, experto en redes sociales y participación ciudadana. Se refirió a los
medios de comunicación diciendo que "les encanta usar el periodismo
ciudadano; no les gusta tanto decir de dónde sacaron sus fuentes o cómo”. Apoya
el periodismo ciudadano y que sea utilizado por los medios, pero no comparte
que no se nombre ni se haga una pequeña referencia al verdadero creador de la
información. Otro punto en el que discrepa el propio Ingram respecto al tipo de
periodismo es que, al contrario que la mayoría, no ve un problema en que la
gente aporte información sobre lo que sucede, si lo vive en directo. Al
contrario, Mathew lo trata como fuentes cercanas que pueden dar datos no contados.
La postura contraria a
la de este experto se dio en Siria hace relativamente poco. La dificultad de
alcanzar una información de calidad, hace que la aportación de los no profesionales
del periodismo signifique el 40% de todo lo que se habló sobre el país y su
situación en TV. La utilidad del periodismo realizado por video-aficionados o
gente que se encontraba en el momento justo, ha creado tensiones, dado que los
periodistas lo ven como competencia. A casos como este, el señor Ingram
contestó diciendo que muchas empresas de medios siguen utilizando a los
usuarios como proveedores de contenidos sin rostro para no contratarles como colaboradores.
Dentro de nuestras fronteras, en el diario El
País, también se dio a conocer un autor de un blog, Cheikh Fall (procedente de
Senegal). Su relación con el periodismo ciudadano está más allá del sitio web
en el que escribe. Y habla de ese tipo de periodismo como el complemento del periodismo
profesional. "Antes el reportero te buscaba a ti, ahora la red facilita
que tú le encuentres. Se vio en el terremoto de Haití, en la maratón de Boston
o los atentados de Londres". El acceso a la información es rápido para
cualquiera, así que todo puede ser valioso para crear una mejor información,
según comentó Fall. Al finalizar, dejó la clave: "el periodismo ciudadano es asistente del profesional. Por sí solo no es nada. Juntos muy poderosos".
En conclusión, los
medios pierden el poder dominante sobre la información y tienen que convivir (y
en muchos casos utilizar) la de otras personas que no son profesionales. Está
claro que el periodismo ha sufrido una variación en sus bases, sobre todo desde
la llegada de la tecnología hasta los ciudadanos. Pese a todo, siguen haciendo
falta unas características personales y una preparación para ejercer como
periodista, a las que se añaden un nivel de manejo de todas las tecnologías a
nuestro alcance.
Fuentes:
Por: Carlos Moreno Blázquez y Javier Márquez Muñoz
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