¿Qué es el
periodismo ciudadano? ¿En que se
parece y se diferencia del periodismo profesional? ¿Han perdido los periodistas el monopolio de filtrar
la información? ¿Cómo se relacionan
los periodistas con las redes sociales, en tanto fuentes y en tanto nuevos
formatos informativos?
El periodismo ciudadano se ha multiplicado. Con la
llegada de las tecnologías a las manos de todos los ciudadanos, además de las
redes sociales, cualquiera tiene la posibilidad de informar de un acto que está
presenciando, o de una información de última hora de la que está siendo
testigo. Da igual que se trate de un periodista o no. El periodismo ciudadano
es la posibilidad que tiene cualquier persona de ejercer momentáneamente como
un periodista, es decir, de dar una información.
La gran diferencia llega a la hora de los métodos
que pueden seguir unos y otros a la hora de transmitir una información, pues
desde la profesionalidad hay que contrastar las informaciones mediante la
utilización de varias fuentes fiables, aquí el periodismo ciudadano puede
dificultar mucho el trabajo del periodista, puesto que los testigos directos
que publican la información instantáneamente a través de las redes sociales,
pueden tener una percepción equivocada de aquello que esté sucediendo o
manipular según sus intereses los datos que quieran aportar, Esto impide, de
una forma u otra, la labor de un periodista. El periodista se caracterizaba por
estar siempre en la noticia antes de que el resto de los ciudadanos tuvieran
ninguna información del hecho o acontecimiento en cuestión. Además, el
periodismo ciudadano es un modo de dar anonimato a la información, por lo que
los periodistas no pueden hacer su trabajo remunerado para que personas de todo
el mundo informen desde algún lugar. La información que antes se conseguía
pagando a un periodista en plantilla en un medio o fuera de esa plantilla
(freelance), ahora puede conseguirse por un vídeo o una fotografía de un
aficionado. Por tanto, los periodistas han perdido el monopolio de dar información.
Aquí es donde entra el periodista profesional,
intentando dar respuesta a las 6 famosas preguntas y aportando datos fiables
sobre los hechos,
por tanto los periodistas siguen teniendo el monopolio de filtrar la
información que va a llegar al gran público, pues por suerte o por desgracia,
las redes sociales tienen un efecto diluido frente a la credibilidad de otros
medios como la televisión, la radio o la prensa. La posibilidad de tener fuentes contactos o amigos entre la cúpula
del poder de diferentes instituciones corresponde al periodista. De ahí que los
grandes escándalos de corrupción destapados no se produzcan por una persona
anónima, sino por los grandes medios con el nombre de un periodista detrás de
esa información.
La adaptación de los periodistas a las redes sociales es casi obligada. De hecho, el periodista que ahora no tenga un perfil activo en Twitter o Facebook pierde el puesto en la "actualidad periodística". Sea el periodista o el ciudadano quien da la información, ésta puede ser (o no) verídica, pero los primeros aportan más seguridad, ya sea por su recorrido como informadores o por otras circunstancias. Las fuentes que puedan aportar a la información que den por las redes sociales siguen siendo igual de importantes que al escribir en papel o al salir en la televisión. Sigue primando la cercanía de la fuente al tema tratado, pese a que ahora también es más difícil alcanzar contactos en círculos de poder. Y es que medios como la famosa red del pájaro permiten a los ciudadanos recibir mucha más información que igual no tiene cabida en los formatos tradicionales y que los periodistas quieren transmitir, además la interactividad que tienen es una gran ventaja, pues los periodistas son humanos y como todos cometen errores, de los que rápidamente son advertidos por sus seguidores, evitando que la información sea mucho más fiable. En cuanto a los nuevos formatos informativos (obviando las redes sociales), como el blog y el periodismo digital, los periodistas se están adaptando a la perfección. En su mayoría se han pasado a una de estas dos fórmulas para que sus lectores tengan un sitio fijo en la web donde seguir leyendo lo que escriben.
Por Carlos Moreno y Javier Márquez
Si apelamos a la calidad periodística, qué menos que empezar por una mismo. Por ejemplo, poniendo un títular a nuestro post, no repitiendo el enunciado del ejercicio. Del mismo modo, se espera que el periodista maneje fuentes para dar información, no que simplemente airee sus ideas. Y me temo que vuestro post carece de fuentes documentadas. Supongo que en algún lugar del mundo alguien habrá escrito con cierta sesudez sobre el periodismo ciudadano, no?
ResponderEliminarNo sé si queda claro que la consecuencia es quehay que reescribir el post, aportando fuentes solventes. Os puedo echar una mano en una tutoría
ResponderEliminarHay que tener en cuenta que el auge de las redes sociales ha hecho que, a veces, los medios se precipiten en publicar información que no está confirmada 100%, y todo por intentar ser de los primeros en informar. Es cierto que, también gracias a las redes sociales, tienen un número ilimitado de posibilidades de corrección, pero este hecho podría restarle seriedad al periodismo, creo yo.
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