Grupo
formado por:
José Miguel Mancheño Lominchar
Beatriz Gutiérrez Blanca
2º
C – Periodismo
Vamos a romper el hielo en este
blog intentando responder a una cuestión que nos es muy cercana, aunque no lo
parezca: ¿Cómo se logra que una
interpretación incorrecta tenga carácter humorístico, por ejemplo, en los
chistes?
Cuando alguien nos cuenta un chiste,
no caemos en la cuenta de que el efecto humorístico reside en principios semióticos, no en cómo nos lo
cuente el sujeto en cuestión (aunque también influye).
Para empezar, todos
sabemos que el lenguaje es un signo, que
designa realidades. Por ello, por ejemplo, existen palabras tabú. Pero lo
que en verdad es un tabú son las realidades que representan. En nuestro caso,
si designamos a realidades cómicas o graciosas, el humor está asegurado. Sin
embargo, vamos a ir más allá. Queremos saber qué elementos formales del lenguaje otorgan a un enunciado humor.
Todos los hablantes de una
lengua, debido a ese conocimiento intuitivo que tenemos de ella, podemos llevar
a cabo metarrepresentaciones de lo
que estamos hablando y de lo que el otro tiene en mente (presuposiciones o
implicaturas). Sin embargo, no siempre el otro hablante piensa lo mismo que
nosotros tenemos en mente, dentro, siempre, de un contexto comunicativo
determinado.
Es este nuestro ámbito de
estudio: la falta de relación existente entre lo que dice un hablante y lo que
otro interpreta. Ahí reside el humor.
Para estudiar las estructuras del humor, debemos partir de la Teoría semántica en los esquemas de Raskin y la Teoría de la relevancia en los esquemas
de Curcó o Yus. Sin embargo, todas parten del Principio
de Cooperación de Grice.
El Principio de Cooperación es un supuesto pragmático por el que
se espera un determinado comportamiento en los interlocutores, debido a un
acuerdo previo. Es la guía de
los interlocutores en un proceso comunicativo.
Grice, su precursor, lo define así: “Haga
que su contribución a la conversación sea, en cada momento, la requerida por el
propósito o la dirección del intercambio comunicativo en el que usted está
involucrado”.
Es decir, afirma que el hablante hace todo lo
posible para explicarse y el oyente para entenderlo.
Es este un principio no normativo,
aceptado por todos los actores involucrados en una conversación.
Grice establece un análisis lógico de los elementos que rigen una
conversación. Para ello, intenta establecer los mecanismos que regulan el
intercambio comunicativo y la interpretación de los enunciados. Es decir, estudia
los mecanismos responsables de la información
implícita. Por ello, divide este principio según 4 máximas:
Máxima de Cantidad
Se refiere a la cantidad de información
que debe darse. Es decir, proporcionar tanta información como sea
necesaria y no más de la requerida.
Máxima de Cualidad (o calidad)
Se refiere a la verdad de la contribución.
Es decir, que la información sea verdadera. No
afirmar lo que crea falso o de lo que carezca de pruebas.
Máxima de Relación (o relevancia)
Grice lo ejemplifica con la frase: “Vaya
usted al grano”. Que la información dada sea pertinente. Es decir, que esté en relación a lo que dice el
emisor.
Máxima de Modalidad (o manera)
Grice afirma que el hablante debe ser claro, proporcionando información clara, no ambigua, breve, ordenada.
Sin embargo, como vamos a ver, en ocasiones, estas máximas no se cumplen. Se
rompen de forma intencionada para transmitir información de forma no literal
(mediante la ironía, por respeto, etc.), generando inferencias pragmáticas,
Estas son las implicaturas
conversacionales (mecanismos de interpretación que van más allá de lo
manifestado en los enunciados).
Así, Raskin establece un modelo formal de la competencia humorística,
creando un Principio de Cooperación Humorístico (teniendo como base los
principios de Grice). Distingue dos tipos de comunicación:
- Bona Fide: Es la comunicación que no infringe el Principio de Cooperación.
- Non Bona Fide: con dos tipos de comunicación: el chiste (humor) y la mentira. Es decir, cuando no se tiene en cuenta el principio de Cooperación.
Estudia una serie de mecanismos de interpretación humorística. Así, para
Raskin el humor es un uso desviado del lenguaje, mientras que para Curcó no.
Para Curcó, la incongruencia es un instrumento para alcanzar el efecto
humorístico. También pensó así Francisco Yus Ramos: “Mi modelo comunicativo
incide sobre todo en la imposibilidad inicial de determinar la intencionalidad
de muchos actos (no)-verbales de nuestros interlocutores”.
¿Qué dos condiciones debe cumplir un texto para causar humor?
- Ser compatible parcial o plenamente con dos esquemas diferentes (incongruencia).
- Los dos esquemas deben ser opuestos.
Semióticamente hablando, para Curcó, el humor nace de una suposición básica (key assumption), la cual se presenta en contradicción con la suposición previsible (target assumption).
Se invierte la situación gracias a la contradicción. El oyente, cuando
recibe este mensaje, ve en el hablante una actitud de distanciamiento con
respecto a una de las suposiciones.
Todo ello, se deben, en cierto modo, a que los hablantes tenemos la competencia
gramatical para entender las diversas construcciones gramaticales, como los
chistes.
Por otro lado, Attardo, en su obra “Violation
of conversational maxims and cooperations: The case of jokes", reflexiona
sobre el carácter del texto humorístico o chiste, desde la violación de los principios conversacionales de Grice. En los
chistes, existe la intención de violar las máximas de Grice.
Así, también Yamaguchi sostiene que los chistes son violaciones de las máximas
conversacionales de Grice. Sin embargo, para él, el narrador no es el
responsable de romper la máxima. Por su parte, Attardo entiende que el narrador es culpable de la violación.
Al margen de esto, Raskin estudió cómo se
percibe el carácter humorístico del texto, elaborando el esquema más exacto:
Fue Attardo quien amplió este esquema, exponiendo otras tres
partes fundamentales del un texto humorístico:
- Base presuposicional: son las implicaturas. Se sobreentiende la información que se nos da. Por ejemplo, “El Rey de Francia es calvo”. Se supone que en Francia hay Rey.
- Metamensaje: es decir, la comunicación no verbal.
- Supresión de la violación: El oyente puede interpretar el chiste seriamente y, por lo tanto, suprimir la violación de las máximas.
Veamos ahora algunos ejemplos.
Vamos a “destripar” algunos chistes
para ver dónde reside el humor:
-Conozco a un hombre con un ojo
de cristal que se llama Antonio.
-Ah! ¿Y cómo se llama el otro
ojo?
En este caso, el humor reside
en que se ha producido un choque de contextos. Es muy ambiguo este diálogo
porque encontramos, en el primer interlocutor que habla, dos antecedentes: ‘un hombre’ y ‘ojo de cristal’. Así, cuando se dice ‘que se llama Antonio’, el otro interlocutor (y el oyente del
chiste) puede entender que ‘el ojo se
llama Antonio’.
Se incumple, así, la máxima de manera del Principio de
Cooperación de Grice.
Hay tres tipos de personas en
el mundo: las que saben contar y las que no.
Aquí se incumple la máxima de calidad, porque se nos está
dando una información incongruente. Si, en el primer antecedente, se dice que ‘hay tres tipos de personas’, después no
se puede hablar solo de dos tipos.
En este caso, el humor lo
encontramos en la idea de que el hablante se identifica con los que ‘no saben contar’.
Es muy importante destacar que
el contexto extralingüístico es
esencial. Si se saca de contexto, el enunciado carece de humor y el hablante
sería tomado como mentiroso o bajo la idea de que ha sufrido un lapsus.
Este es un niño muy feo que va
a la pescadería y le dice a la pescadera:
-Hola, ¿me puede poner usted
bonito?
Y la pescadera le responde:
-Niño, aquí no hacemos
milagros.
En este chiste, de nuevo, la ambigüedad hace acto de presencia. ‘Bonito’ tiene dos acepciones en este
caso: 1. Pescado 2. Lindo, agraciado de cierta proporción y belleza. (Según el
Diccionario de la RAE).
Así, el hablante1,
el niño, sigue la primera acepción, con la imagen representacional del pez. Sin
embargo, la pescadera sigue la otra acepción. Por ello, la incongruencia de la
conversación.
Se incumple, así, la máxima de manera.
Estos son dos tomates que están
en una nevera y uno le dice al otro:
-Puff. ¡Qué frío hace aquí!
Y el otro dice:
-¡Uy!, ¡¡un tomate que habla!!
Este chiste es incongruente
desde el primer enunciado. En los anteriores, el antecedente sí nos daba cierta
información verdadera que nos ponía en preaviso. En este caso, el hecho de que “dos tomates hablen” es imposible. Así,
el humor (aunque el chiste sea malo) está asegurado. La metarrepresentación mental de la situación es, de por sí, cómica.
Además, viendo el caso en este vídeo, la comunicación no verbal y el contexto de una imitación/parodia vuelven
a ser esenciales.
De esta forma, resulta evidente que el enunciado, en sí, no nos permite deducir la información completa al
100%. El contexto es determinante.
Así, entran en juego, la gestualidad (cinesis y proxémica), la entonación o
prosodia, etc. Es decir, la comunicación
no verbal.
Sin embargo, en Semiótica, al estudiar los signos y las estructuras lingüísticas que hacen posible el humor, encontramos estas técnicas que permiten deducir las pistas esenciales para descubrir dónde reside el humor. Son rasgos formales dentro del enunicado que eliminan o cambian una interpretación. De ahí, los malentendidos o el humor.
Ese contexto es esencial porque hace que el interlocutor concluya la respuesta, acertada o no, siguiendo su representación mental. Cuando se alejan de esos principios, el hablante distingue el humor.
¿Os
ha gustado? Si os ha parecido interesante, ahora
os dejamos con una recopilación de los mejores chistes de la red. Juzgad
vosotros mismos, porque en todos se cumple lo que acabamos de explicar:
Fuentes y bibliografía básica
Diccionario de la Real Academia Española – 22º edición
Muy buen post. Lleno de referencias teóricas y de ejemplos. Y notablemente bien escrito, incluso con un cierto regusto irónico a veces.
ResponderEliminarPuestos a poner un pero, estaría bien insertar en el texto los orígenes de las referencias, es decir,m explicar al lector qué ideas son de cada uno de los autores que citais, no sólo el nombre, sino también de dónde sale, para que el que esté interesado pueda seguir leyendo por su cuenta.
Muchas gracias!!!
ResponderEliminarLa verdad es que al realizar esta entrada en el blog nos dimos cuenta de todo lo que hay detrás de un simple chiste.
Queda más que evidente la importancia del estudio de la Semiótica y los signos lingüísticos, debido a su enorme presencia en nuestra vida cotidiana. Muchas veces, no somos conscientes de ello.
José Miguel Mancheño Lominchar - 2ºC Periodismo
Hemos introducido algunos enlaces de interés para todos aquellos que os interese el tema.
ResponderEliminarAlgunos de ellos, son referencias a los autores mencionados. Otros son artículos de expertos sobre el tema para ampliar nuestro estudio sobre el humor.
José Miguel Mancheño Lominchar - 2ºC Periodismo
Me ha gustado mucho la entrada. Aunque prefiero seguir disfrutando de los chistes y las bromas sin pensar todos los componentes que van detrás, jajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar nuestro post.
EliminarNos alegra que te haya gustado.
La verdad es que sería muy complicado vivir pensando en todo lo que hay detrás de lo que decimos, pero es interesante conocer cómo funciona nuestro lenguaje.
Un saludo
José Miguel Mancheño Lominchar - 2ºC Periodismo