Asumimos que la publicidad y la información tienden a
mezclarse, por lo menos desde que la gente de nuestra edad (20 años más o
menos) tenemos conciencia.
Vamos por partes. En la prensa, que tiene menos tirón ahora
que hace unos años debido al enorme crecimiento de Internet, hay publicidad en
casi todas las páginas que componen el periódico, algunas de ellas ni siquiera
tienen un mínimo de información, la página entera es publicidad.
En la radio pasa lo mismo: 15 minutos de programa y luego 2
ó 3 de publicidad.
Y últimamente en los informativos de televisión también nos
atacan con publicidad a raudales, incluso son los mismos periodistas los que
fichan por las empresas que se patrocinan: que si Matías Prats está muy seguro
con Línea Directa, que si Los Manolos ligan más porque usan las cuchillas
Gillette… ¿Es esto ético?
Por supuesto, publicidad e información están inevitablemente
mezcladas, y nosotros estamos acostumbrados a ella. Ciertamente resultaría muy
extraño oír la radio o ver la televisión sin publicidad. Aunque a veces sea
molesto puede que nuestro subconsciente necesite algo de publicidad.
Llegados a este punto es necesario hacernos la siguiente cuestión
¿es ético y moral combinar la información con la publicidad?
Está a la orden del día y es evidente que las empresas
quieran publicitarse y más aún en medios donde la gente los ve a diario, pero
no por ello se debería hacer a cualquier precio. Al espectador, lo que de
verdad le interesa es la información, casi nunca va a querer que le mezclen la
publicidad entre medias de la información.
Aunque digamos todo esto de que no está bien mezclarlo, y
que no es ético, es algo que va a ser muy complicado de frenar y erradicar dado
a que si hay dinero de por medio, dicha norma del código se va a ver pisoteada.
¿Qué problema plantea?
La cantidad de publicidad y la forma de mostrarla debe estar
moderada para el bien del que se informa y también para el medio. La excesiva publicidad
puede hacer que el público deje de informarse en ese medio o que lo vea con una
actitud negativa. Un buen ejemplo es la radio: cuando se pasan de publicidad es
muy fácil cambiar de emisora y no volver a la que se estaba oyendo en un
principio. Con la televisión no ocurre exactamente lo mismo: los informativos
suelen ser a la misma hora y con poca publicidad. Si hay un programa exclusivo
de una cadena no van a cambiar a otro canal, ya que esa información la dan sólo
ahí.
El periodista que se vende a las marcas también puede
ganarse una visión general negativa hacia su persona. El hecho de publicitar su
producto mientras da noticias hace que pierda la objetividad. Hay gente que no
lo ve con buenos ojos.
Un ejemplo muy bueno de esto es el que se dio durante la
Super Bowl de 2010, mientras la narraban los de la Cadena Ser estando borrachos. El
periodista Jorge Hevia tenía que anunciar las encimeras Silestone y comenzó a
decir que eran de pésima calidad. El equipo de la Ser fue despedido y más tarde
ficharon por la Cope.
En el siguiente vídeo se muestra la metedura de pata de Jorge Hevia:
¿Cómo se insertan las marcas en la ficción o en la información?
Publicidad e información siempre han estado muy
relacionadas pese a ser dos campos bien distintos. Esta complicidad es conocida
como publicidad por emplazamiento, que consiste en la inserción de un producto,
marca o mensaje dentro de un medio audiovisual, especialmente en películas y
series.
Esta técnica tuvo una gran popularidad en la década
de los 80 pero, sin embargo, cada vez va tomando mayor relevancia en los medios
de comunicación y ocupan, dependiendo del medio en cuestión, una parte de la
franja reservada para el informativo.
La razón es simple: Los productores han encontrado
un nuevo modo de financiación con el que aumentar los ingresos sacrificando
cierta independencia del mundo informativo.
¿Qué problema plantea el patrocinio de programas y eventos?
Desde el punto de vista económico, todo son
ventajas en el patrocinio de programas y eventos, ya que es un modo de
financiación en el que el patrocinador accede a asumir una parte, o en algunos
casos la totalidad, de los gastos a cambio del reconocimiento visual o
publicitario durante la celebración del programa o evento.
Hasta aquí, todo parecen ventajas pero surge un
problema de carácter ético y moral y es la independencia de los programas y
eventos.
Que una empresa patrocine programas y eventos
provoca que dicha corporación sea imprescindible en la elaboración de los
mismos por su aportación económica. Muchos de estos programas y eventos no
podrían celebrarse por falta de recursos económicos y eso crea una necesidad de
patrocinadores para asumir ciertos gastos.
Daniel Peña Miranda
Álvaro Saboya Navarrete
No se trata tanto de mezclar información y publicidad en un mismo soporte o medio de comunicación, como que la información sea manipulada con el fin de hacer publicidad. Es decir, si estamos viendo un informativo, escuchando la radio o leyendo un reportaje de alguna revista y nos vemos interrumpidos de pronto por un anuncio publicitario, la información no se está viendo afectada en su contenido, sino en su transmisión. Aunque no podamos terminar de recibir el mensaje que trata de enviarnos sin una interrupción de por medio, la información seguirá siendo la misma.
ResponderEliminarOtra cosa es que esa información esté perfectamente manipulada y trastocada para vendernos una idea o, incluso, un producto concreto. Si estamos leyendo un artículo sobre las enfermedades y bacterias que cada día nos afectan y al final del texto se nos incita a comprarnos tal jabón de manos desinfectante o tal medicamento (que es igual de efectivo que otro con la misma composición, salvo en que la otra compañía no le ha pagado un viaje al Caribe al periodista o médico de turno), entonces sí que se estaría mezclando publicidad e información.
Evidentemente, a nadie nos gusta vernos permanentemente interrumpidos cuando estamos haciendo algo que nos gusta (como leer una revista), que nos resulta interesante o que necesitamos para estar informados, pero la publicidad es una fuente de financiación necesaria para que se mantenga cualquier medio de comunicación. Nuestro subconsciente no la necesita hasta que no se pone delante de nosotros, son los medios los que precisan de ella para sobrevivir.
Por lo tanto, tendremos que acostumbrarnos a ser abordados de manera abusiva por ella, pero nunca deberemos aceptar que esa publicidad modifique la información que nos llega. Un periodista puede escribir una noticia de lo más veraz y rigurosa y al momento siguiente anunciar la nueva maquinilla Gilette, y seguir diciendo la verdad en su noticia (aunque no tanto en la maquinilla, con lo cual se produce esa pérdida de objetividad que decís) siempre y cuando un interés –empresarial o particular- no interfiera en lo que él proclama como “verdad”. Es algo que tenemos que hacer nosotros, ya que ellos no lo van a hacer –jamás, por mucho que se les llene la boca asegurando que sí-, y es saber distinguir dos ámbitos que, como bien afirmáis, son completamente diferentes. Y sus objetivos también.
VICTORIA CARRAZONI QUIRALTE
Periodismo, 2º C
Hola chicos,
ResponderEliminarA la pregunta de si es ético o no que los presentadores anuncien una marca contesto rotundamente que no. Su función no es anunciar, sino informar. Creo que la publicidad cada vez le está cogiendo más terreno a la información y que queremos ¿Qué nos informen o que nos vendan? Ante todo tendría que estar la información, ya que es un derecho que tenemos como ciudadanos y que esa información, claro, esté libre de publicidad y sea una buena información, pero como bien decís, ya no nos encontramos nada que no esté plagado de publicidad por todas las esquinas. Es más, los periódicos están ampliando páginas para insertar más publicidad. ¿Y en la televisión? Más de lo mismo. Nos insertan anuncios por todos los lados, ¡hasta en el tiempo! Ahora hacen espacios de publicidad o cuando terminamos de oír la previsión de la semana nos sueltan un anuncio de algún banco o alguna compañía.
Finalmente, también estoy de acuerdo con vosotros que mediante el patrocinio se pierde la independencia de los programas.
Andrea Cimadevilla 2ºD
El post p'lantea problemas interesante, pero lo veo un poco pobre de ejemplos y de referencias. Seguro que algún periodista ha reflexionado en público sobre estos porblemas, o algún estudioso. Así podríamos pasar de nuestras opiniones a dar hechos, citando fuentes. Y se supone que la gracia del blog es que uno puede insertar audiovosuales, así que si hablo de Gilette y Los Manolos, no estaría de más insertar ese anuncio para que el lector que no sepa nada del tama lo conozca.
ResponderEliminarEs decir, que toca repetir dándole un poco más de contendio e insertando ejemplos.
La avalancha de la publicidad en la prensa y los medios en general no es algo nuevo, se viene dando desde la publicación de los primeros periódicos. Si bien el exceso de anuncios es bastante incómodo para el lector o espectador, es algo necesario para la financiación del medio. Especialmente hoy en día que hay periódicos gratuitos o que simplemente puedes entrar a diferentes páginas web informativas sin tener que pagar un centavo.
ResponderEliminar(Aunque ponga que el autor es Javier García Serrano, en esta entrada el que comento soy yo, JOSE DANIEL BUENO CABRERO.)
ResponderEliminarEn el post se refleja que el equipo de "Carrusel Deportivo" en la Cadena Ser fue despedido y después se marchó a la Cadena COPE tras el comentario de Jorge Hevia, pero realmente eso no fue lo que ocurrió, y a continuación voy a explicarlo.
Todo comenzó con una serie de comentarios "picantes" del Jorge Hevia en la final de la Super Bowl de 2010, los cuales acabaron por provocar que el periodista fuese suspendido durante un mes de empleo y sueldo, algo que no acabó de gustar al equipo que trabajaba con Hevia al considerar que el contexto en el que se realizaron las bromas podía rebajar dicha sanción.
Poco tiempo después la dirección de la emisora propuso realizar el programa que cubriría la Copa del Mundo de fútbol de 2010 en Sudáfrica, pero las condiciones no convencían a los miembros del equipo y para ello solicitaron que se le retirase la sanción a Hevia, lo que derivó en que los directivos hablasen con Paco González (director del programa "Carrusel Deportivo") y la conversación se transformó en una guerra dialéctica que finalizó con el despido de Paco González de la Cadena Ser.
Una vez concluido el Mundial y a escasas semanas de comenzar la temporada siguiente, tras varias ofertas para Paco González, la Cadena COPE fue la elegida para desarrollar el programa, en el que se incluiría el resto del equipo que acompañaba al director en su anterior etapa en la Cadena Ser (era uno de los requisitos para recalar en la emisora), y con la llegada de Manolo Lama al poco tiempo de empezar la temporada (al que se referían hasta ese momento como "Señor X"), todos los miembros del equipo que trabajaban en "Carrusel Deportivo" formaban parte de "Tiempo de Juego" en la Cadena COPE.
Tras aclarar la información errónea de la entrada, en la que pone: "El equipo de la Ser fue despedido", considero que antes de publicar una información hay que conocer lo ocurrido, ya que en este caso no fue el equipo despedido, sino su director, y el resto e sus compañeros decidió seguir los pasos de éste. De este modo, el lector puede conocer la verdad de los hechos, y no una interpretación sin apenas conocimiento de causa como la mostrada en este post.
Saludos.
JOSE DANIEL BUENO CABRERO (2º C Periodismo)
Fuentes:
- Paco González